Por Juan José de Guzmán.-

En estas épocas de ficciones, mentiras y fake news, se me ocurrió fantasear con esta hipótesis, a raíz del fuerte terremoto-sismo ocurrido en el sur de Chile y Ushuaia, que obligó a evacuar Punta Arenas ante la inminencia de un tsunami.

¿Qué pasaría si algo similar se produjera en los fondos oceánicos de las islas que están en disputa desde 1833, cuando Gran Bretaña las usurpó y de golpe, en un abrir y cerrar de ojos, desaparecieran de la faz de la tierra?

¿Cuáles serían las consecuencias geopolíticas de un acontecimiento semejante?

Estaría bueno imaginarlo, ¿no?

La primera (y la más tremenda), la pérdida de vidas, que el mundo lamentaría, sin dudas.

La segunda, en manos de los economistas, evaluar su impacto en el mundo de las finanzas que, desde mi lugar como escritor de cartas desconozco, aunque supongo que lo sufriría más Inglaterra y la industria pesquera de las islas (que desaparecería junto con ellas).

Algún trasnochado como el que esto escribe podrá acotar que fue el castigo del planeta a la sordera del hombre, que no supo escuchar los consejos de los organismos de las Naciones Unidas que propusieron, siempre, la conveniencia de llegar a acuerdos pacíficos consensuados entre las partes.

Para mí, para vos… para ninguno de los dos.

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