Por Oscar Dufour.-

LUCES & SOMBRAS. Crece la polémica en torno a la muerte del cura tucumano Juan Viroche, por un lado nuestro corresponsal en esa provincia Raúl Maza refiere en declaraciones exclusivas a un “suicidio inducido” por su lucha contra el narcotráfico, y señala que “hoy Tucumán es zona liberada” afirmando que “lo dejaron solo”. Malestar en el Vaticano.

El miércoles 5 de octubre, el sacerdote Juan Viroche (46) fue encontrado ahorcado en la Iglesia Sagrado Corazón, situada en la localidad de La Florida de la Provincia de Tucumán. Desde hace años, caracterizó su misión por su lucha implacable contra el narcotráfico, en sintonía con el camino señalado por la Conferencia Episcopal Argentina y por el Papa Francisco. En el Vaticano crece la preocupación en torno a esta muerte donde aseguraron el malestar del Santo Padre.

Desde hace tiempo el cura Viroche venía recibiendo amenazas, y todo ello ocurrió luego de encabezar marchas para denunciar el avance del narcotráfico en esa Provincia norteña, lo que llevó al sacerdote a pedir a la jerarquía eclesiástica su traslado. Hoy a las 19, los tucumanos convocaron una marcha -que se espera multitudinaria- pidiendo justicia y exigiendo el pronto esclarecimiento de este hecho.

Al respecto, en declaraciones exclusivas para 5minutosdenoticias.com, nuestro corresponsal Raúl Maza señaló (audio-video) el cura Juan Viroche era “un hombre muy comprometido, un hombre que se sintió solo por sus pares y por su Obispo, Tucumán es zona liberada en este momento y el narcotráfico está respaldado por el poder político”, se refirió a un probable “suicidio inducido”, y apuntó con dudas al Fiscal interviniente Diego López Ávila por su cercanía con el Gobernador José Alperovich.

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Por un lado, al momento el informe forense afirma que el Padre Juan Viroche no fue asesinado, y que no se hallaron signos de violencia; pero por otro, nuestras fuentes consignan algunos testimonios donde expresan que “el sacerdote tenía golpes en sus costillas”. Con el correr de las horas, aparecen “plantadas” distintas versiones con la clara finalidad de desviar la investigación.

El Arzobispo de Tucumán, Alfredo Zecca, al que le atribuyen con dureza haber “dejado a su suerte” al sacerdote recientemente muerto, reconoció en declaraciones a la prensa que el cura le había manifestado que estaba amenazado y deprimido, y que ante los pedidos de Viroche había firmado un decreto nombrando un nuevo Párroco para la Iglesia Sagrado Corazón.

EN CONCLUSIÓN: La muerte del Sacerdote Juan Viroche debe esclarecerse hasta las últimas consecuencias, se debe profundizar la investigación y no descartar nada, ya que el narcotráfico mata, y lo hace con absoluta impunidad.

El Papa Francisco desde los comienzos de su apostolado, pidió a los Obispos y religiosos del mundo que “enfrenten con coraje al narcotráfico”, en nuestro País entre otros el sacerdote Juan Viroche fue un fiel ejemplo de su prédica.

Aunque en otro contexto, coincido con lo oportunamente expresado por el Juez de la Cámara Federal de Casación Penal, Mariano Borinsky, cuando señaló “las investigaciones contra el narcotráfico local y transnacional deberían realizarse con una fuerza de seguridad que no solo esté orientada exclusivamente hacia la investigación, sino que además esté preparada para atender a su rol como auxiliar en ese ámbito…”

Los que quieran oír… que oigan.

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