Por Carlos Belgrano.-

Amigos:

En su alocución de hoy, Macricio, mediante furcios entremezclados con balbuceos, al más rancio estilo De la Rúa, producto de su absoluta inasistencia a las lecciones de oratoria que le ha indicado como imprescindibles el bolita y «médico brujo» que lo asesora, trató de explicar a los Medios el estado de anarquía educativa tanto pública como privada.

Para todos los que me preguntan cuáles serán las señales inequívocas del comienzo del fin, aprovecho esta entrega para relatarles, según mi modesto entender, las que avizoro como necesarias para encender la mecha corta que hará volar a la Argentina.

Si «Zapiola» Duhalde será el que dará el primer paso, con Chiche como candidata a una Senaduría por Buenos Aires e incluso sin esa postulación, como aparenta, el primer foco ígneo de ese mecheo será la «leva» de todos los asentamientos del Conurbano -mucho más beligerantes que los «peruguayos» de la 31 y 11-14 respectivamente- toda vez que estos últimos regentean y con desbordante éxito las más de doscientas «cocinas de pacos», cuyos producidos distribuyen estratégicamente en las terminales de Retiro.

Según algunas fuentes de la Inteligencia Naval que no son del todo concordantes, pero que en lo personal siempre tuve como las más confiables y certeras, el primer flanco de ataque no será directamente ni contra La Rosada, ni contra otro target del Gobierno.

Al parecer, el «cabezón» esta vez subirá mucho más la apuesta que cuando en diciembre del 2001, despachó a los primeros incendiarios y saqueadores en el Gran Buenos Aires.

La estratagema consistirá -conforme las precitadas datas-, en un primer asalto a las villas con predominio de Peruanos como las precitadas, las otras periféricas del Bajo Flores y Pompeya por parte de las turbas bonaerenses, para quienes el claro incentivo será la captura de los depósitos de cocaína y un cambio de regenteo en esos más que atractivos mercados de enervantes.

La segunda fase que atrapará a los más incautos será una suerte de disfraz, bajo el telón de un brote xenófobo.

Como en general la opinión pública receptará con beneplácito una expulsión masiva de extranjeros indeseables, a Duhalde le resultara muy fácil timonear a control remoto los primeros escarceos.

Ya que el objetivo será la siembra y fertilización del caos con cientos y miles de asesinatos por ambos bandos en un enfrentamiento.

Las FF.SS. que no están en condiciones de detener a un ciclista octogenario y con artrosis deformante, con su inacción harán el resto.

Para comenzar así la tercera y última fase que principiará con el desbande de todas las cúpulas del Pro que aunque les aparente como insólito, serán acompañadas en el escape por toda la dirigencia gremial de Azopardo primero y todas las otras, media hora después.

De esa forma y con muchos cadáveres desparramados en los diversos puntos de esas reyertas, el Congreso y los pocos que se animen a bajar a una improvisada Asamblea Legislativa, proclamarán a Zapiola como el «Mesías».

¿Cuánto nos distancia entre hoy y esa distractiva «purificación villera»?, en realidad lo ignoro, pero creo que no irá más allá de la fecha que arriesgue antes de ahora, cuando le atribuí al Presidente una supervivencia menor a seis meses.

Supongamos que le restan cuatro.

Ciento veinte días, en medio de esta tormenta de pasiones desbordantes, es en cómputos políticos lo que dura un flato dentro de un canasto -un instante-.

Si existe una colusión dolosa entre Macricio y Kretina, para que Comodoro Py se asemeje al incendio del Palacio Reichstag en el mediodía de 1933, no lo sé, pero es altamente posible.

Ambos tienen sobradas razones para ponerse en fuga, sin necesidad que el cómputo reseñado más arriba deba cumplimentarse tan cronológicamente.

La Reina Viuda, al parecer, rebotó la pasada semana con sus planes de ponerse bajo la protección de la gorda Bachelet allende la Cordillera.

Macricio cuenta con «algo más de pido».

El suficiente como para llegar a Miami, con la venia del Tío Donald.

Kretina creo que cuenta con alguna posibilidad de buscar refugio en Burkina Faso, donde deberá arribar a nado o como «balsera» junto a D’Elia y De Vido, quien en su carácter de arquitecto podrá diseñar las chozas que harán de sus habitáculos.

Pero, ironías aparte, es difícil de pronosticar cuál será la clave y/o la oportunidad que Macricio aguardará para llenar sus bolsos con ropa deportiva.

Si aplicamos la lógica rudimentaria y la sana crítica, creo que será el «zabeca de Banfield», quien le enviará algún emisario.

Infiero que el ruso Atanasoff sería el más indicado, porque tiene oficio y calle de sobra.

Así pues que creo podemos dar por descontado que habrá un emisario.

Un poco menos traumático que cuando Rodríguez Saá, recibió un telefonema del Cabezón en Chapadmalal y fue advertido que si no dejaba la Presidencia lo mandaría a acribillar a él, al Alberto y a toda su familia, al más puro estilo de Escobar Gaviria.

Amigos, el desenlace ya cuenta con una fisonomía, cuanto menos en la ubicación geográfica de los escenarios donde comenzarán las balaceras.

Por ello les aconsejo a todos los que deseen tomar nota que en los albores de lo inevitable, enviaré solo un título…

A SUS MARCAS

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