Por Enrique Guillermo Avogadro.-

“La pobreza no se rebela. Encontraréis situaciones de rebeldía sólo cuando la gente pobre alberga alguna esperanza”. Ryszard Kapuściński

La vertiginosa realidad no da respiro en la Argentina, y los precios de los balcones que se alquilan para asistir al espectáculo que brinda subieron bruscamente el martes, cuando la Corte Suprema de la Nación dictó una medida cautelar que suspendió las elecciones a Gobernador y Vice en San Juan y en Tucumán, en las cuales los eternos Sergio Uñac y Juan Manzur (éste ya desistió y postula a un subordinado) pretendían re-reelegirse con permiso de las respectivas cortes provinciales, siempre subordinadas al poder político local. ¿Podrían aparecer otros fallos similares ante otras candidaturas “irregulares” cuando éstas se concreten?

El Frente de Locos se incendió porque leyó esa resolución como una reacción del máximo Tribunal ante el funambulesco juicio político que tramita, sin destino, en la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados, y quedó aterrado ante otros inminentes fallos que preocupan mucho a Cristina Fernández, como la probable revocatoria de la Cámara de Casación del insólito sobreseimiento, resuelto sin hacer el juicio oral, que la benefició, con sus hijos y decenas de cómplices, en la causa “Hotesur-Los Sauces”.

El autopercibido y totalmente desdibujado Presidente, al día siguiente, emitió por cadena nacional un breve mensaje en el cual, como es habitual en él, desconoció los principios más elementales del derecho y, en algunos tramos, mintió descaradamente, mientras se alzaba contra las instituciones de la Constitución; entre otros dislates, exigió al “pueblo” salir a las calles para impedir que el supremo Tribunal ejerza el rol que nuestra carta magna le atribuye y, arrastrándose una vez más, sostuvo que su Presidente-Vice es una perseguida política, y no una corrupta condenada con toneladas de pruebas. ¿Habrá un fiscal que lo impute penalmente por haber incurrido en tantos flagrantes delitos, antes o después de dejar su cargo?

El escandaloso índice de inflación dado a conocer ayer por el INDEC (8,4% en abril), que anualizada llega ya a 150% y amenaza con espiralizarse, implica que muchos más argentinos cayeron en esta abrumadora pobreza provocada por veinte años de populismo kirchnerista (bien calculada, supera el 50%, con especial incidencia en los chicos), y que se suma a la inseguridad cotidiana que padecen, nos obliga a preguntarnos por qué no ha estallado ya una sociedad que tantas veces lo ha hecho en el pasado, sobre todo durante gobiernos no peronistas. ¿Le faltará, como chispa para encenderla, la ilusión a la que se refiere el escritor y periodista polaco en el epígrafe de esta nota o, simplemente, están en el gobierno quienes siempre han promovido la violencia y los saqueos? Más allá de exigir revisar las paritarias cada vez con más frecuencia, el estruendoso silencio de la CGT, que hizo innumerables paros salvajes a Raúl Alfonsín, a Fernando de la Rúa y a Mauricio Macri, parecería dar la razón a la segunda hipótesis.

Lo que, sin duda, determina esta medición de la depreciación de la moneda, que se acentuará en mayo por la incidencia de los incrementos en servicios públicos, alquileres, medicina privada, etc., es la definitiva muerte -salvo que llegue un improbable chaparrón de dólares de libre disponibilidad- de los sueños de Sergio Massa de convertirse en el próximo Presidente por ser el único candidato del Frente de Locos. Éste, por lo demás, a contramano de la pretensión del Aceitoso de evitar la competencia interna sin llegar a las PASO, algo que hasta Alberto Fernández resiste, todavía parece estar dispuesto a presentar matungos perdedores tales como Daniel Scioli, Eduardo Wado de Pedro, Juan Grabois, Axel Kicillof, etc., y tampoco ha decidido aún si el trabajador Máximo Kirchner se postulará como Senador por la Provincia de Buenos Aires, si su madre sostuviera -algo por demás improbable- su auto-proscripción total, para mantener la destacada presencia de ese tan ilustre apellido en las boletas.

El domingo pasado dejó otros interrogantes que, tal vez, sólo tal vez, puedan comenzar a responderse mañana, cuando otras tres provincias bajo administraciones kirchneristas -Salta, La Pampa y Tierra del Fuego- elegirán gobernador. La fuerte derrota del candidato de La Libertad Avanza en La Rioja, pese a tener un apellido teóricamente tan convocante allí como el de Menem, mostró con meridiana claridad la falta de estructura territorial que afecta a Javier Milei y, en la medida en que exhibe su condición de líder mesiánico de un movimiento unipersonal, pone en justificado cuestionamiento su capacidad para administrar el país en caso de triunfar en noviembre. Si en Tucumán, cuando sea que se realicen las elecciones después de la cautelar de la Corte que las suspendió, y en las cuales su candidato es Ricardo Bussi, se repitiera esta penosa performance, también se pondrá en discusión su probabilidad de acceder al ballotage y la veracidad de las encuestas que señalan su desmesurado crecimiento en intención de voto, que podría transformarse en una mera expresión de protesta, sin concreción efectiva en las urnas.

Pero, a la vez, probará lo acertado de Cristina Fernández al haberlo elegido como sparring, puesto que es un fuerte divisor del voto opositor al kirchnerismo, al menos en las PASO. Un dirigente “bullrichista”, Joaquín de la Torre, da los pasos correctos al intentar llegar a un acuerdo con el líder libertario en la crucial Provincia de Buenos Aires, pero Juntos para Qué sigue, en una actitud suicida, sin ponerse de acuerdo en una candidatura unificada y, así, pone en valor la perspectiva del Frente de Locos de retener allí el poder y transformarla en el bunker para la tan anunciada resistencia violenta contra la próxima administración nacional.

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