Por Oscar Edgardo García.-

Mauricio Macri, con relación al enfrentamiento entre Patricia Bullrich y Felipe Miguel, manifestó: “Son conflictos lógicos entre seres humanos”.

Desde ya que el conflicto es posible en cualquier grupo de individuos que conviven dado que es inherente a las relaciones humanas y es natural que entre las personas se produzcan disparidad de opiniones, malentendidos, disidencias, etc.

Se podría coincidir en que el conflicto es normal y también necesario en determinadas circunstancias para discernir sobre las mejores decisiones que deben tomarse con la anuencia final de todos los participantes de manera racional, coherente y respetuosa.

La representación que está brindando públicamente el PRO no evidencia reunir estas condiciones en sus conflictos.

En la escalada de posiciones antagónicas, los contendientes, en su objetivo de obtener un liderazgo en pos de sus candidaturas presidenciales, exponen sus miserias y sus mediocridades con resultado opuesto al que persiguen.

A la vez, Macri se ha convertido en un mero espectador de las disputas que se desarrollan en su propio entorno sin participar de manera activa para evitarlas y con una visible imagen de haber perdido el liderazgo que ostentaba en el pasado en el que no ocurrían estos «conflictos lógicos entre seres humanos” tal como él afirma.

La ausencia de liderazgo en esta fuerza opositora es inequívoca y es dudoso de que se amalgame un cuadro futuro que consolide a un líder con todos sus atributos.

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