Por Paul Battistón.-

Un gran cuadro político, como algunos no dejan de definirla. Una conductora irreemplazable. Una exitosa…

Toda definición es posible a partir de los distintos especimenes que se han dado titulo de definidores.

Quizás hay una definición que no se le pueda negar bajo ningún punto de vista, el de constructora (sólo a nivel político) resumido en su autodefinición de arquitecta. Y si ahondamos más en el significado de arquitecto las razones para reconocérselo son mayores.

Fue la arquitecta de una estafa, la victima el peronismo. La arquitecta de un entramado incoherente y contradictorio pero que con sus contradicciones edifico un relato perversamente sólido, él de la lucha de derechos humanos de décadas pasadas que significo desheredar de muchos de los mismos al porvenir.

La arquitecta de la deconstrucción, construyendo un modelo con ruinas del fracaso socialista, dando como fruto una miseria equitativa y sustentable.

Y finalmente, su última y gran creación, su coraza que posiblemente sea su definitivo aislamiento. Su laberinto producto de su lógica de redoblar apuestas que le sirvió para llevarse puesto a todo lo que se le puso al frente (hasta el país quizás).

Hoy finalmente su construcción la encierra y su ultima barrera elecciones con un vericueto previo llamado PASOS, también herencia de sus redobles de apuestas pasadas.

La visión de una Cristina triunfadora en las legislativas se diluye ante una Cristina que no puede enfrentar unas PASOS en la que la elección se aleja claramente de la búsqueda de un legislador para enfocarse en la elección de un camino pasado o futuro y que impensadamente queda expresado en Cristina o Randazzo.

Si Randazzo es dejado fuera de la posibilidad de ofrecer batalla, Cristina quedara encerrada en el autoritarismo ese que se quiere dejar de lado. Si Randazzo la bate a muerte, estará definitivamente encerrada en su fin político. Y si Cristina se abre por fuera para no competir, se abra encerrado en ese pequeño espacio del fanatismo resignando ese sello de membrete tan preciado que titula peronismo simplemente por Perón, ese viejo por el cual no pondría un peso según sus textuales en off.

Los arquitectos siempre necesitan inversores y está claro que esta última construcción de Cristina a tenido inversores que deseaban su encierro. Un encierro optimo para marcar acentuadas diferencias, algo así como una polarización.

Pero la arquitecta es única y siempre puede dar sorpresas.

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