Por Luis Américo Illuminati.-

«El futuro nos tortura y el pasado nos encadena. He aquí por qué se nos escapa el presente» (Gustave Flaubert).

Dicen que cuando muere un niño hasta los ángeles lloran. El dolor de los padres de Umma es infinito. Cuánta angustia e incertidumbre no saber si acabará alguna vez este fatal círculo vicioso donde los malvados matan a mansalva y a quemarropa frente al Estado impotente que no puede derogar el «Estatuto del mal» -o Código de Caín contra Abel- permitido y mantenido por un vil gobierno y sus legisladores que juraron por su ideología, su partido y su jefa, menospreciando a Dios, que les dio la vida.

Toda la Argentina llora, excepto los bribones responsables, quienes por conseguir votos a cualquier precio vendieron el alma al Diablo. Ellos tienen las manos manchadas con la sangre de miles de víctimas igual que los asesinos que liberaron aprobando leyes inmorales. No me vengan ahora con lágrimas de cocodrilo aquellos que criaron pirañas y juntos se han devorado todos los peces de lo que un día fue un límpido y tranquilo río que a lo largo de veinte años convirtieron en un oscuro y peligroso pantano. «Perdón Umma por no haber hecho nada durante todo ese tiempo» tiene que grabar la sociedad en el epitafio de tu lápida.

En memoria de Umma. Dos canciones de la inmortal obra El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry, como plegarias elevadas al Cielo. ¡Oh Señor. ¡Cuánta maldad! ¡Cuánta inocencia arrebatada como en la matanza de los niños que Herodes mandó a asesinar para matar al niño de Belén recién nacido! ¡Haz que el alma de Umma brille como una estrella que lleve su nombre en el Cielo infinito y nos alumbre el camino!

https://youtu.be/21rS0w4SRLM?si=GWYn-PvOB6yitaxn

https://youtu.be/ToV-Ii9ofdo?si=iySrJySuhw0gGO3K

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