Por Roberto Fernández Blanco.-

*Acto 1: Un argentino produce 12 tomates, el segundo produce 6 tomates y un tercero, sin producir, silba recostado sobre el farol de la esquina. Total producido = 18 tomates.

Los empleados públicos Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, en su condición de mandatarios a cargo del gobierno popular y populista, dicen sentir culpa por la opulencia del primer argentino, por lo que emiten un DNU para despojarlo de parte de su producido e imponer una distribución igualitaria de la riqueza adjudicando 6 tomates a cada uno.

*Acto 2: el tercer argentino sigue silbando con sus manos en los bolsillos, el segundo vuelve a producir 6 tomates y el primero, a quien la adjudicaron 6, ahora -obviamente- produce 6 tomates. Total producido = 12 tomates, o sea, 4 para cada uno.

*Acto 3: El primer argentino se va del país, el segundo cae bajo la línea de pobreza y el tercero se aparta del farol, se une con sus similares y sale con sus punteros a reclamar los 6 tomates iniciales.

*Acto 4: El pueblo se hunde en una escandalosa pobreza mientras los gobernantes arrogados de “amantes del pueblo y justos distribuidores de la riqueza”, que no han resignado parte de sus sueldos y privilegios ni de los muy numerosos incorporados en todos los niveles de su gabinete, culpan ahora de la pobreza al primer argentino.

*Moraleja: ¿Cuándo aprenderemos a elegir mandatarios con los que podamos recomponer el antiguo, efectivo y justo concepto de disponer cada uno del fruto de su propia producción, reinstalando la cultura del trabajo y facilitando el libre y espontáneo intercambio de la riqueza por cada uno producida, sean bienes, servicios, ciencia, arte, etc.?

Nadie debe vivir a costa de los demás (salvo auténtico discapacitado físico), pero lamentablemente, torpemente intoxicados con ideologías demostradamente fracasadas, nos fuimos entregando a la seducción de estos encantadores de serpientes, ineptos y desidiosos politicastros que buscan encaramarse en el poder para evadirse de sus impotencias productivas y canalizar sus obsesivas patologías, sus insanables resentimientos y sus destructivas envidias.

Share