Por Luis Américo Illuminati.-

Bender es una caricatura del futuro creada por el mismo autor de los Simpson. En las instancias previas al debate televisivo que este personaje -versión argentina- tuvo con Mauricio Macri poco antes de las elecciones para presidente que le ganó su contrincante, me pareció que hablaba igual que el robot Bender, que dice cualquier cosa…

Cualquier cosa, como esto que acaba de decir del «comunismo». Dice que varias veces le dijo a Bolsonaro: «Cortala con eso de que Argentina es comunismo». No sabemos si esto es una tomadura de pelo, un chiste malo o una patochada. Pues a todas luces se ve que su percepción del pasado y del presente le falla un poco. Como si jamás hubieran existido en la Argentina las organizaciones criminales de guerrilleros, con todos los íconos de esa loca doctrina con referentes como Marx, Lenin, Fidel Castro, el Che Guevara, Firmenich, Santucho -incluido el kirchnerismo- no hubieran intentado implantarla por la fuerza desde los comienzos de los setenta y ahora por otros medios ideológicos. Como si los socios, hijos y entenados de los «jóvenes idealistas» del pasado no formaran parte hoy del kirchnerismo.

Lo intentaron los Montoneros con Cámpora a la cabeza y que Perón frenó drásticamente, les cortó las alas y los echó del movimiento; entonces los «jóvenes idealistas» junto a las demás huestes comunistas pusieron en jaque al mismo gobierno de Perón. Secuestraron gente, colocaron bombas por todas partes, asesinaron vilmente a miles de personas inocentes. Intentaron tomar la Provincia de Tucumán con la demencial idea de instalar un enclave comunista y segregarla del resto del territorio argentino.

Una horrible tragedia y baño de sangre que parecía no tener fin, lo que forzosamente trajo como consecuencia la intervención de las FF.AA., la misma ciudadanía aterrorizada lo reclamaba desesperadamente. Las Juntas Militares se hicieron cargo del país durante siete años. Después vino el gobierno de Alfonsín y las tres Juntas Militares fueron condenadas.

Todos decíamos por fin volvió la democracia, parecía «La Consagración de la Primavera» de Stravinski, pero no era democracia era la partidocracia, un falaz sistema que sirvió para que la «casta política» se enquistara en las entrañas del Estado. La institucionalización de la coima durante el menemismo se hizo parte normal del sistema. La corrupción reemplazó a la probidad en todos los niveles, hasta en las FF. AA (tráfico de armas y explosión de la Fábrica Militar de Río III), aprovechando la vieja izquierda parricida esta coyuntura (agotamiento del menemismo) para renovar su acción deletérea, solapada y revestida de un aura de santos comparables a los Apóstoles de Cristo. ¿Acaso el kirchnerismo no adhiere, apoya y participa desde que llegó al gobierno del Plan de Acción comunista castro-chavista de São Paulo y sus 20 puntos para impulsar el totalitarismo?

Y que un «despistado», ex motonauta y ex candidato a todo y a nada, el robot Bender, niegue la existencia del comunismo en la Argentina, es el colmo de los colmos. Parece que cuando todo esto sucedió, Scioli (se dice Yoli), igual que la caricatura, el robot Bender, estaba viviendo en otro planeta distinto de la Tierra. Tal como dirían Lenin y Engels si hoy vivieran: ¡Despistados, desmemoriados y robots del mundo: uníos!

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