Por Fabián Medina.-

Desde el domingo pasado, cerca de las 21 hs. en adelante, se confirmaron todos los indicios que se venían dando en el país desde el mes de octubre de 2013 fecha en la cual se dio por concluido el sueño de “Cristina Eterna” de la mano de Sergio Massa y el Frente Renovador en la Provincia de Buenos Aires al ganarle al Frente Para la Victoria por un margen mayor de 12% del total de los votos de la provincia. En forma posterior a ello se llevó adelante el avance del mencionado Frente a todo el país hasta el momento que comenzó el gobierno nacional la utilización de la chequera para atraer dirigentes y voluntades como también un desgaste lógico dentro de esa estructura por haber atraído hacia ella a personajes que no correspondían a su espíritu.

Como corolario de todos estos movimientos internos y externos la sociedad creyó que el massismo se encontraba en estado terminal, pero realmente quien estaba en ese estado no era otro que el oficialismo nacional, llevando a modificar sustancialmente las estructuras de poder del orden nacional por el cual la oposición se nutría cada vez más de elementos que influían en los votantes. En cuanto a las posibilidades de una victoria electoral del arco opositor no se vislumbraban al mes de junio de este año 2015, creyendo en forma masiva el electorado y aún más sus componentes que eran invencibles hasta la noche del 9 de agosto en que se conocieron los resultados provisorios de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (P.A.S.O.) y se mostró que el tanto el oficialismo nacional no era invencible ni que el Frente Renovador estaba plenamente liquidado puesto que había quedado como tercera fuerza nacional.

Entre el 9 de agosto y el 25 de octubre se mostró que el aparato del estado con sus recursos financieros y su esquema de militancia rentada ya no eran un escollo a atravesar y con un gobierno nacional debilitado desde la posibilidad de tener que incursionar en una elección con un candidato que no era de su entero agrado podía llegar a concluir en octubre con lo que finalmente ocurrió que el oficialismo nacional no llegaba a medir siquiera el porcentaje que obtuvo en las P.A.S.O. dando lugar según lo ordena nuestra Carta Magna al balotaje por primera vez en la historia del país. Todo ello como consecuencia que el Frente Renovador en todo el país no se diluyó y no permitió polarizar entre 2 candidatos cosa que hubiera definido la situación en la elección general.

El 25 de octubre por la noche al tomarse conocimiento que el FPV obtuvo aproximadamente el 37% de los votos y la alianza CAMBIEMOS llegó al 34% se dispuso que se cumpla con la segunda vuelta electoral el 22 de noviembre. El domingo próximo pasado ante la campaña negativa y los altos niveles de soberbia y prepotencia que se encargó de hacer el gobierno nacional a favor de su candidato se dio lugar al cumplimiento de lo que ya la gente tenía por sentado una total falta de propuestas propias desde el oficialismo, la oposición se alzó con un triunfo que no fue arrollador como esperaban algunos pero que le valió para sacarlos del poder político y económico nacional que los tenía enquistados desde el 25 de mayo de 2003.

En cuanto a lo que viene se espera desde la población que sea un período en el cual la gente no se pueda volver a dividir en cuanto a sus afectos por motivos políticos y/o ideologías como también que no se vuelva a utilizar la chequera para la compra de voluntades y sobre el futuro económico que conocemos que es largo y complejo que sea lo mejor posible para las clases más humildes del país que son quienes sufren los efectos de la inflación que poseemos puesto que tienen un ingreso fijo y no pueden hacer frente a los constantes aumentos de precios reduciendo en forma constante su poder adquisitivo, caso contrario a ello es la posibilidad que desde el Estado nacional se fomente la creación de fuentes de trabajo genuinas que desde el año 2012 se viene reduciendo a razón de 1.000.000 de puestos anuales contra los 6.000.000 creados entre 2004 y 2009.

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