Por Oscar E. García.-

Después de escuchar a la vocera presidencial diciendo que fue a cenar al Centro y al teatro en la avenida Corrientes, que no se podía caminar, que esa imagen no es la de un país en crisis como la que vemos en los titulares de los diarios el lunes, al Ministro de Economía manifestando que hace varios días que vivimos una situación atípica de rumores, versiones, falsos informes, con su consecuente impacto en los instrumentos financieros vinculados al dólar, y que van a usar todas las herramientas del Estado para ordenar la situación y finalmente, como no podía ser de otra manera, al Presidente de la Nación expresando enfáticamente que es una práctica permanente de la derecha argentina instalar rumores en la mañana, operar durante todo el día, retirar su rentabilidad del mercado cambiario al terminar la tarde, lastimando el ahorro de la mayoría de los argentinos y argentinas, es dable preguntarse: ¿queda lugar alguno para que una persona con un mínimo nivel de sensatez y racionalidad se sorprenda ante la continua escalada del dólar blue?

Es indudable que la realidad tira por la borda la recordada frase de que «el dólar blue no es una preocupación para el Gobierno Nacional» y que se han agotado las argumentaciones señalando como los principales responsables de la inflación a la guerra en Ucrania, la sequía, la pandemia y la situación internacional general y los funcionarios del Gobierno se ven en la necesidad de poner en marcha su inventiva para elaborar otros argumentos y hasta puede ser que próximamente nos sorprendan con el de la vida y obra de Alberto Fernández protagonizada por su admirado Robert De Niro, si es que acepta el papel que le propongan.

En el interín la inflación continuará devorando los bolsillos de los argentinos y sumará a muchos más de ellos en la lamentable pobreza e indigencia en que se encuentran sumidos.

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