Por Luis Américo Illuminati.-

«El rey nos decía que si no podíamos comprar leña que nos emponchemos, si por pobres no podíamos alimentar a nuestro caballo, que no lo tengamos, que si alimentarnos era costoso que comamos menos…entonces decidimos ahorrar gastos y nos liberamos del rey».

Esta conocida frase atribuida por unos al Gral. San Martín y negada por otros que sea de su autoría, parece un aforismo o silogismo sobre gastos y supresión de cosas lujosas e inservibles. Premisa mayor, menor y conclusión. Muchas de las frases que dijo el Gral. San Martín figuran en las cartas que escribió a sus amigos de confianza, pero no por eso se debe perder de vista que hay otras frases y arengas que las pronunció dentro y fuera del país delante de los soldados de su ejército libertador quienes las recordaron luego de la muerte del Prócer y no quedaron registradas pero que fueron transmitidas de boca en boca. Y si algún paisano o soldado de su ejército con buena memoria se la escuchó decir, es muy probable que la contó como una anécdota. Por lo que caben dos posibilidades: 1) Que es falsa por no haber quedado registrada, lo cual no alcanza como fundamento para desmentirla. 2) Que la haya dicho un patriota cercano a San Martín que sabía bien lo que éste pensaba de Fernando VII y su padre Carlos IV, entonces la frase pasó a ser un mito compatible con el pensamiento del Libertador acerca de esos dos reyes ineptos depuestos por Napoleón. Tales razones abonan la teoría que si el testigo, el propio General San Martín no está para confirmar o negar que haya dicho la frase en cuestión, ergo: no se la puede tildar de falsa así nomás porque lo diga el Sr. Pigna y otros que carecen de criterio hermenéutico. Aquí se da el mismo debate que hubo entre Vicente López (hijo del autor del Himno) y Bartolomé Mitre. López consultó para escribir su «Historia de la República Argentina» (10 Tomos), no sólo los documentos y registros oficiales -los cuales no siempre traducen la verdad real sin tapujos y eufemismos- sino también los dichos recogidos de testigos que vivieron y protagonizaron eventos históricos. En cambio, para Mitre lo que no estaba documentado, no existía ni era fuente fidedigna, como si los archivos oficiales fueran indubitables, olvidando que la «historia oficial» la escriben los vencedores y obviamente no dejarán ningún registro de sus abusos y tropelías.

Conclusión

Para los que sostienen que tal frase San Martín nunca la dijo por no figurar en ningún documento, cabe responderles que el contenido de dicha frase no parece contradecir el pensamiento y el vocabulario de San Martín, toda vez que los reyes Carlos III, Carlos IV y Fernando VII trajeron la ruina de España y fue el pueblo español el que se sublevó contra los ejércitos napoleónicos, no los reyes. Y la frase parece reivindicar la fuerza del pueblo contra los déspotas en general. Y eso hace pensar que, si no la dijo, tal vez lo tenía en mente. No se puede negar que es genial. Y San Martín era indudablemente un genio desde todo punto de vista, pero por sobre todo un señor con todas las letras. Digamos que es una frase inherente a la dignidad de los pueblos. Y por ende, ya no interesa si la dijo o no la dijo San Martín, ya que es digna de ser suscripta por él. ¡Viva la Patria!

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