Por Luis Américo Illuminati.-

Estamos convencidos de que la reducción del excesivo número de sindicatos y del poder que tienen sus dirigentes (que se eternizan en sus cargos) es una medida que tarde o temprano la sociedad argentina debe exigirle al gobierno. Veamos la siguiente comparación.

ALEMANIA: 12 sindicatos

EEUU: 145

ARGENTINA 3.500

Lo cual demuestra y deja al desnudo el desmesurado poder sindical que existe en la República Argentina, que es uno de los principales motivos generadores de la distorsión y desequilibro de nuestra economía. Es un hecho innegable que esta anomalía nació con el peronismo. Un ejemplo de ello es la acción de amparo interpuesta por la CGT en contra de la reforma laboral impulsada por el gobierno de Javier Milei. Poner palos a la rueda es la habitual y deletérea faena del peronismo cuando es oposición, motivo por el cual la Argentina es un país -como dice el Dr. Alejandro Fargosi- clavado en la Italia fascista de 1930. Hay dos premisas fundamentales que deben quedar en claro: 1) La CGT y los sindicatos no pueden hacer política. 2) La CGT no puede ser, de hecho, un gobierno paralelo. Y hasta ahora, no hay quien frene a esta nefasta y patotera corporación -la casta sindical- y la ponga en caja. Que los gremios cobren coactivamente la cuota sindical a los trabajadores no sólo un hecho abusivo y despótico sino netamente antidemocrático. Esto se tiene que acabar algún día.

En nuestro país, como en ninguna otra parte, los sindicatos son manejados por energúmenos chauvinistas; ninguno es pobre, todos son poderosos potentados. Son un Estado (Gremiolandia) dentro de otro Estado. Voltean o apoyan gobiernos. No permiten que el país avance, atrasan cien años, su paradigma y estilo es el sainete, en sus arengas gritan igual que los locos. Explotan y arrean a la masa a las concentraciones como si fueran ganado humano para agredir a la policía, a la que odian, ignorando que son trabajadores. Son la quinta columna del peronismo demagógico. Corrompen la esencia de la democracia, la libertad y la convivencia pacífica entre los argentinos.

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