Por Luis Américo Illuminati.-

Por conseguir un apoyo incondicional en la Corte, nombrando a Lijo, para lo cual se necesitaría el aval de Cristina Kirchner, que conseguiría de los senadores que le son adictos los votos necesarios, y a cambio ella querría el archivo y la absolución de las causas en su contra, no sólo es una pésima idea como estrategia de Milei para llevar adelante sus planes, sino que indignará a todos los que queremos ver condenada a la mayor depredadora que se registra en la historia de la Argentina.

Para sanear la república, Milei debería proponer para la Corte a la jueza Sandra Arroyo Salgado (ex esposa del fiscal Nisman asesinado), quien es mil veces mejor que Lijo. No puede ser que todo pliego de un candidato a la Corte pase por manos de Cristina, que se enrosca furiosa como una víbora en su cubil. Es la Gorgona -la Medusa de la mitología griega- que fulmina a todo aquel que se oponga a sus funestos planes. Motivo por el cual los senadores kirchneristas y aliados no aprobarán el pliego de Arroyo Salgado, pero ahí es donde Milei debe ponerse firme, de forma tal que ponga en evidencia la falta de autonomía de los lacayos de Cristina. Que la gente repudie la felonía de esta casta miserable. Queremos que lo que no hizo Macri, lo lleve a cabo Milei. Que emule a Perseo. Para la subsistencia del kirchnerismo sería fatal que la viuda de Nisman (crimen nunca esclarecido) llegue a la Corte. Tomando Milei este camino, obtendría el beneplácito de todos los ciudadanos que están hartos de los jueces acomodaticios. Si para alcanzar un fin loable, se debe utilizar un medio o camino reprochable moralmente, entonces cancelemos todos los principios que consolidan los valores republicanos y que hacen grande a un país. El fin no justifica los medios, es una máxima universal.

Aplaudimos y apoyamos todas las medidas tomadas hasta ahora por Milei, quien viene cancelando contra viento y marea todos los nichos de corrupción y truculentos curros del kirchnerismo; creemos en él. Por eso mismo, pensamos que está mal aconsejado en la mala idea de Ariel Lijo para la Corte Suprema, una mala jugada de ajedrez que podría comprometer al rey si no se da marcha atrás.

Share