Por Ovidio Winter.-

Hijo del poder, sin antecedentes ni méritos conocidos llegó a presidir el bloque de diputados oficialistas por ser el hijo de la Presidenta del Senado (cargan con nuestros rencores y frustraciones, sentenciaba el Nano en “esos locos bajitos”). Los otros días, se nota que venía preparado para “la rosca” y se puso en el bolsillo un par de balas de goma para enrostrarle al Diputado Negri que si bien “hubo una lluvia de piedras grandes contra el vallado que protegía al Congreso de la República” durante el debate de la Reforma Previsional que se aprobó en el mandato de Cambiemos, hubo represión por parte de la Policía. ¿Y…?

¿Este muchacho sabrá que la Policía que custodia los edificios donde funcionan las instituciones de la República debe echar mano, a veces, a los bastones o a las balas de goma para salvaguardarlas del vandalismo? Porque los argumentos vacíos de contenido y “de conocimiento” (respecto a cuáles son las conductas permitidas y cuáles las que deben ser reprimidas) que expuso para clausurar el tratamiento de la nueva reforma previsional lo dejaron muy mal parado (entre las instrucciones de la Play no figura ese dato).

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