Por Malú Kikuchi.-

Javier Milei asumió la presidencia de la Nación el 10/12/2023 y 10 días después dio a conocer un mega Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU 70/23) que consta de 366 artículos. El capítulo IV ya trajo problemas.

El DNU intenta desregular y derogar leyes (esto último debe pasar por el congreso, el ejecutivo no puede hacerlo). El artículo IV se refiere al tema laboral. Algo intocable a lo largo de la historia Argentina. No se toca.

En estos últimos 40 años de democracia lo intentó Alfonsín con la ley Mucci de flexibilización laboral. No pasó. Lo intentó De la Rúa con la ley 14.250, llamada ley Banelco. No pasó y marcó el final de la Alianza.

Los gobiernos no peronistas han intentado modernizar el sistema laboral argentino que data de 1950, inútilmente. Pero los sindicalistas todopoderosos, no permiten que se toquen sus respectivos feudos.

Un poco de historia sobre la lucha obrera. El 1º sindicato nació en 1878, la Unión Tipográfica, pedían 12 horas de trabajo en invierno y 10 en verano. Siguió la Federación de obreros marítimos y FOA en 1901.

Luego la Unión de ferrocarrileros en 1912 (antepasada de La Fraternidad). Y finalmente en septiembre de 1930, tres semanas después de la caída de Yrigoyen, de la mano de socialistas y anarquistas nació la CGT.

La Confederación General del Trabajo empieza a tener peso propio a partir del primer gobierno de Perón. Pasa a ser uno de los 3 pilares sobre los que se asienta el partido justicialista. Y Perón les da dignidad.

Hay que llegar al gobierno de facto de Juan Carlos Onganía para que la CGT y sus secretarios generales empiecen a ser millonarios. Onganía para asegurarse “la paz social” en las calles, les dio las obras sociales.

Y se llega a los tiempos de crisis, donde sólo hay 6 millones de trabajadores en blanco y ya existen 8 millones de trabajadores en negro. El empleo privado no crece desde hace 10 años, sólo lo hace el público.

El resultado se ve. Un sistema laboral que ahuyenta el empleo en blanco por temor a los juicios laborales, un cliché, y toda una legislación que castiga la producción genuina y agranda un Estado parasitario.

El DNU trata de modernizar la legislación laboral dando libertad a los trabajadores. La reacción de casi todos los “capos” de la CGT fue recurrir a la justicia, al fuero laboral que manejan, y éste les otorgó una cautelar.

Se le suma la cautelar que pidió la CTA. Los jueces José Sudera y Andrea García Vior apoyaron a la CGT y la CTA, no así la jueza Dora González, que propuso pasar el tema al fuero Contencioso Administrativo.

La Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo suspendió el capítulo laboral del mega DNU, por fallos en sus formas. (Pero la Justicia del Trabajo fue creada por decreto 32/34 en 1944 durante un gobierno de facto). El fuero Contencioso Administrativo aclaró que no le compete el tema. Tendrá que decidir la Corte.

El abogado del gobierno, Rodolfo Barra, tendrá que solicitar en un pedido extraordinario que la Corte se ocupe del tema laboral. ¿Lo hará? ¿Si lo hace, cuánto tiempo tardará? La Corte no tiene tiempos.

¿Qué es lo que temen los sindicalistas? Simple, que sus agremiados sean libres. Libertad para agremiarse o no hacerlo. ¿Por qué es obligatorio agremiarse al sindicato del trabajo al que pertenecen? No tiene sentido.

¿Por qué el trabajador debe aportar a la obra social de su sindicato? ¿Y si quiere aportar a otra obra social o a una prepaga? Debería tener la libertad de elegir lo que mejor le guste y le convenga. Hoy no puede.

La libertad de elección terminaría con un gran negocio para los sindicalistas. Hoy son millonarios mientras muchos de sus agremiados, con trabajo en blanco no llegan a fin de mes. Los negocios no se tocan.

¿Quiénes votaron a los sindicalistas que se eternizan en el poder? Sus agremiados a los que no les queda más remedio. ¿Por qué se les permitió tener tanto poder? Tanto como para voltear un DNU.

¿Por qué en un territorio del tamaño y la diversidad geográfica de Argentina hay un solo” jefe, dueño, capo”, de un sindicato que abarca todo el país? Desde la Puna hasta Tierra del fuego, uno solo.

¿Por qué si una empresa de autos A ganó plata el año pasado mientras que a la empresa de autos B le fue mal, tienen ambas que pagar la misma suba salarial? Porque no hay sindicato por empresa, sería justo.

Y todo se reduce a la libertad. Libertad para elegir si se agremian o no; si pagan la obra social que no eligen o si pueden elegir. ¿O si puede existir sindicato por empresa?

El DNU de Milei no es para derogar derechos, es el intento de acabar con los privilegios de unos pocos para beneficiar a muchos. Se trata de la LIBERTAD.

Porque lo dice el preámbulo de la Constitución Nacional, “asegurar los beneficios de la libertad para nosotros para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino…”

*El miedo a la libertad (1941), de Erich Fromm, psicólogo social y escritor.

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