Por Hernán Andrés Kruse.-

La sed de venganza no tiene límites. Los enemigos de la ex presidente van por todo: ahora le tocó el turno nada más y nada menos que a la señora madre de Cristina, la señora Ofelia Wilhelm. Según Clarín la señora Ofelia sería integrante de una cooperativa, “El Aldabón”, que habría tejido negocios ilegales con el Correo Argentino. Cristina respondió de manera contundente a través de una carta que le envió personalmente al presidente de la nación. “Macri, mi mamá tiene 87 años y hace más de 50 que vive con mi hermana en el mismo barrio y en la misma casa, que es su único patrimonio”, comienza la carta que se titula “No es mi mamá, es tu papá y vos también”. “Por más causas judiciales que armen, a la gente le alcanza cada vez menos la plata. Muchos ya no llegan ni a fin de mes”, afirmó Cristina. En la carta la ex presidente habla de su progenitora: “Fue secretaria general de su gremio durante más de 30 años pero nunca tuvo un solo día de licencia gremial. Siempre fue a trabajar, ¿raro no? Su única “debilidad” es su pasión por Gimnasia y Esgrima de la Plata. Vive de su jubilación y de la pensión de mi padre. Hace casi ya tres años fue operada de una gravísima enfermedad y desde entonces camina ayudada por un andador”. El enojo de la ex presidente se tradujo en la forma en que se dirigió al presidente: “¿Qué es lo que querés inventar? ¿Pretendés hacerle creer a los argentinos que el país está mal y a ellos les va peor…por mi mamá? ¿No te parece mucho? Pensé que conmigo y con mi hija te alcanzaba. ¿O es que las cosas van tan mal que tenés que empezar a perseguir junto con Clarín a una anciana que no sale de su casa?”. Más adelante la ex presidente aludió a la historia del grupo Macri. “El problema de la Argentina sigue siendo el mismo de siempre: Ustedes. Tu papá y otros-como él-que estatizaron la deuda de sus empresas mientras la dictadura genocida había desaparecido a miles de argentinos”. Mencionó la “deuda de la patria contratista y otras yerbas que todavía estamos pagando. O como Clarín que se quedaba con Papel Prensa, mesa de tortura mediante. Ustedes, los mismos que cuando los militares no les sirvieron más fueron por los políticos de los partidos populares y democráticos”. Ironizó respecto al “periodismo independiente”, siempre dispuesto a buscar cuentas K en el exterior pero que siempre se encuentra con “ustedes, que tienen más cuentas y sociedades offshore que pelos yo en la cabeza”. Respecto a la causa “dólar futuro” dijo que “los que habían ganado millones eran…Ustedes. Los mismos que devaluaron, los mismos que fijaron el precio que después cobraron. Los que estamos procesados por el juez Claudio Bonadío, somos nosotros”. “El poder judicial y los medios de comunicación, que volvieron innecesarias a las viejas y obsoletas dictaduras militares”, acusó. Dirigiéndose una vez más al presidente, expresó: “Si no te alcanzan las causas judiciales que ya inventaste, si no te alcanza con perseguir a mi hija, ajusta un poco más las clavijas en Comodoro Py, seguro que a Bonadío o algún otro más arriba, algo se les va a ocurrir. Eso sí, por más causas judiciales que armen, a la gente le alcanza cada vez menos la plata. Muchos ya no llegan ni a fin de mes. Y no hablo de los “vulnerables”-terminología light para no decir pobres-no les está alcanzando a los que hasta el 10 de diciembre eran la famosa y tan mentada clase media argentina. Que podían irse de vacaciones, dar estudio a sus hijos y hasta comprarse el primer 0km o una casa”. Respecto al latiguillo de la “pesada herencia” manifestó: “Es lo único que les ha permitido sostenerse como gobierno después de haber transferido miles de millones de dólares al agro y la minería. ¿Sino contamos como es que se puede endeudar el país en menos de un año por casi el 50 por ciento de su PBI? ¿Vendrá alguna vez un gobierno que privatice la deuda externa? ¿O la tendrá que pagar el pueblo como en el 2001?”. Rememorando el debate entre Scioli y Macri propuso irónicamente que sea declarado el día de la mentira. “Es que todavía suenan en los oídos de millones de argentinos palabras tales como: “no voy a devaluar”, “no voy a ajustar”, “no va a haber tarifazo”, “daremos un millón de créditos hipotecarios”, “ningún trabajador va a pagar impuesto a las ganancias”, “pobreza cero”, entre otras tantas que constituyen el más antológico episodio de la mentira y el cinismo, propalados en escala mediática nacional”. Consideró que ese día también podría ser recordado como “el día del autoengaño nacional”. “La fórmula del engaño fue simple: les dijeron lo que querían oír. Siempre he pensado que cuando uno solo está dispuesto a escuchar lo que quiere oír, siempre va a encontrar a alguien que le va a mentir”, enfatizó. Como conclusión, dijo: “a propósito, y ahora que me doy cuenta ¿La movida contra Ofelia, mi mamá, en el día de ayer será para tapar la mentira en el primer aniversario del debate? Si piensan que con eso les alcanza, lamento notificarles que no. Mañana y pasado mañana y la semana que viene y el mes que viene y el año que viene-con esas políticas-la gente seguirá con los mismos problemas de hoy: desocupación y precarización laboral, salarios que no llegan a fin de mes, tarifazos, endeudamiento. Digo yo ¿y si prueban con poner un poquito de la energía que gastan en perseguirme a mí, a mi hija y ahora a mi madre, en solucionar los problemas que ustedes, siempre ustedes, le han provocado a millones de compatriotas? Estoy segura que le iría mejor al gobierno y a la Argentina” (fuente: “Por más causas que armen, la plata no alcanza”, Página 12, 16/11/016).

En su edición del miércoles 16 de noviembre, Página 12 publicó un artículo de Pedro Biscay (Director del BCRA) titulado “La causa “dólar futuro”: grave precedente”, en el que analiza la decisión de los dos jueces de la Sala II de la Cámara Federal de confirmar el procesamiento de la ex presidente de la nación en la causa dólar futuro. Según Biscay los magistrados desconocieron la voluntad del legislador de obligar a los directores de la entidad la promoción de la estabilidad monetaria y financiera para así garantizar la generación de empleo y desarrollo económico con equidad social. Para ello deben actuar acorde con las políticas generales establecidas por el gobierno nacional. Al interpretar el artículo 18.a. los magistrados, de manera sesgada, no hicieron más que restringir de manera infundada el alcance de las funciones del BCRA. Si efectuaron un análisis parcial del contenido de la Carta Orgánica, ¿cómo dieron por acreditada “violación a deberes”? Para fundamentar su postura Biscay explica en primer lugar una de las funciones de cualquier banco central: el uso de la tasa de interés y/o el tipo de cambio. Todo banco central emplea estas herramientas para “estimular precios compatibles con los objetivos de política económica previamente establecidos por un gobierno. Si un mercado se vuelve agresivamente especulativo o condiciones internacionales adversas al país son proclives a generar turbulencias financieras, un banco central debe intervenir en ambos mercados con miras a administrar riesgos, adoptando políticas precautorias orientadas a proteger la moneda nacional, las condiciones macroeconómicas generales y el respeto a los compromisos previstos en su balanza de pagos”. La autoridad monetaria es la encargada del análisis de aquellos factores que determinan en buena medida cuándo y con qué intensidad dichos instrumentos deben ser aplicados. Si la autoridad monetaria percibe que quienes juegan en el mercado pretenden alterar el tipo de cambio para comprometer la salud de la economía, está obligada a actuar y si no lo hace podría estar incurriendo en incumplimiento de deberes de funcionario público.

Respecto a la causa dólar futuro Biscay considera que las ventas de contratos de futuro tuvieron lugar en un contexto económico muy influenciado por el particular momento político que se vivía, signado por una campaña electoral intensa y por la posibilidad cierta de un cambio de gobierno que, tal como quedó demostrado, respondía a otros intereses. En los momentos previos a los comicios los principales operadores del mercado apostaron a una devaluación de la moneda nacional ejerciendo una fuerte presión sobre el tipo de cambio. En esas circunstancias las autoridades del Banco Central estaban obligadas a reaccionar para evitar una devaluación que alimentaría la inflación perjudicando a la economía real. La autoridad monetaria estaba obligada a intervenir para evitar las clásicas consecuencias que provoca la devaluación: “incrementos del riesgo de crédito de los bancos como resultado de quiebras comerciales de las pymes, caídas en los niveles de producción y consumo como consecuencia de la caída del poder adquisitivo de los salarios, del aumento de los costos y precios de los bienes y servicios”, etc. El Banco Central tiene que intervenir cuando operadores del mercado son capaces de torcer variables macroeconómicas en un sentido contrario a la política económica del gobierno. Si el mercado atenta contra la estabilidad monetaria que el Banco Central tiene la obligación de preservar, sus funcionarios están obligados a intervenir. Para Biscay lo que pretenden los jueces es negar al Banco Central precisamente el empleo de los instrumentos de que dispone para desinflar burbujas especulativas, para prevenir todo tipo de abusos y riesgos que pueden hacer peligrar la estabilidad monetaria. Lo más grave de la resolución en esta causa es su decisión de establecer condicionamientos hacia el futuro. Si se sienta el precedente de que la intervención estatal en el mercado cambiario es un delito, de aquí en adelante quien tenga a su cargo la dirección del BCRA se cuidará mucho de hacerlo. Los especuladores financieros, agradecidos.

La Fundación Germán Abdala acaba de advertir que la crisis económica desencadenada por la política económica de Cambiemos se agudiza sin parar. En octubre el consumo bajó un 5,2 por ciento contra octubre del año pasado. Lo más grave es que ese descenso se produjo contra septiembre pasado del orden del 0,5 por ciento, con lo cual quedan despejadas las dudas sobre cuestiones estacionales. Ello significa que la demanda interna sigue bajando a pesar de la presencia de factores que en este momento del año supuestamente presionarían el consumo hacia arriba. El Indicador Mensual del Consumo registró en octubre su décima caída consecutiva. La gente consume menos por la persistencia de elevados índices inflacionarios, la fuerte caída del poder adquisitivo del salario y la eliminación del rol contracíclico del gasto público. La Fundación Abdala advierte que “a pesar de contraerse a un ritmo menor que el observado en el primer semestre del año, el consumo continúa deprimido y no consigue recuperar una tendencia positiva”. Las pocas ventas ha afectado, indudablemente, la prometida lluvia de inversiones. A diferencia de lo que sostiene la Casa Rosada, la inversión privada no depende de la tasa de interés o el clima de negocios sino de la evolución del consumo y los salarios. Este dato del consumo coincide con otros indicadores. Las ventas de autos cayeron en un año un 8,5 por ciento. Por su parte, la recaudación del IVA quedó más de 20 puntos abajo en octubre en términos reales. Según CAME (Confederación de la Mediana Empresa) las ventas minoristas tuvieron una baja del 8,2 por ciento anual en octubre (en septiembre habían caído un 7,7 por ciento anual). Por su parte, Los electrodomésticos y los artículos electrónicos registraron una caída del 17,3 por ciento; los neumáticos, del 15,7 por ciento; las ferreterías, del 11,8 por ciento; y los materiales para la construcción, del 10,8 por ciento. Según los informes de la subsidiaria argentina de Kantar Worldpanel, durante este año los sectores con mayores recursos no bajaron sus niveles de consumo (es más, los aumentaron). Pero los sectores localizados en el medio y en la base de la pirámide de ingresos redujeron su nivel de consumo (ni qué hablar de los sectores más pobres). Las consultoras privadas, las universidades públicas y los centros de monitoreo de los gremios más relevantes del país coincidieron en estimar una baja del salario real entre 10 y 12 puntos porcentuales para 2016. La inmensa mayoría de la población terminará el año siendo 12 veces más pobre gracias a la política económica de Cambiemos (fuente: “Más que brotes, es un bosque de recesión”, Página 12, 16/11/016).

En poco tiempo se cumplirá el primer año de gestión del presidente de la nación. El balance es francamente negativo. Desde que asumió Macri el 10 de diciembre de 2015 hubo más inflación, más deuda y más desempleo. Como consecuencia de ello, menos actividad. Hubo emisión monetaria y bicicleta financiera, como en la época de José Alfredo Martínez de Hoz. Al equipo económico de Cambiemos y a la formidable red de propaganda política les está costando cada vez más ocultar algo por demás evidente: el importante descalabro de la economía es fruto de las decisiones que tomó el gobierno de Macri a partir del 10 de diciembre. No existe tal cosa como “la pesada herencia”. Por más que responsabilicen al gobierno anterior no lograrán eludir la responsabilidad que les cabe por los sufrimientos que están padeciendo millones de compatriotas a raíz de la política económica ortodoxa impuesta si anestesia por el macrismo. Todo el esfuerzo que vienen realizando los funcionarios gubernamentales para dar una imagen de unidad y cohesión no hace más que poner en evidencia que la gestión económica es fruto de la improvisación, la descoordinación y la desorganización. Ya antes de que asumiera Macri se produjo la estampida de la inflación. No habían pasado veinticuatro horas de su triunfo en el ballottage que las remarcaciones dieron comienzo, ubicándose a partir de entonces la inflación en una tasa que duplicó la que existía hasta ese momento. La victoria de Macri implicó también la victoria de las fuerzas del mercado. Las acciones líderes treparon en promedio un 20 por ciento mientras que los títulos públicos subieron de 6 al 22 por ciento en aquellas jornadas de “macrismo explícito”. La feroz e inédita redistribución regresiva del ingreso fue ocultada con la palabra “sinceramiento”. En doce meses de gobierno quedaron una vez más en evidencia los desastres que provoca la aplicación de la economía ortodoxa. Allí están los ejemplos de Martínez de Hoz, Domingo Cavallo y José Luis Machinea. Evidentemente no aprendimos las lecciones de nuestra historia económica ya que hace un año el pueblo decidió, en elecciones libres y transparentes, confiar el rumbo del país a los discípulos de “Joe” y compañía: Prat- Gay y Sturzenegger. Si antes nos fue espantoso ¿por qué ahora nos iría de maravillas, si los “alumnos” aplican las mismas recetas que sus “maestros”? En este sentido, siempre hay que recordar al genial Albert Einstein: “locura es hacer lo mismo una vez tras otra y esperar resultados diferentes” (fuente: Alfredo Zaiat, “Un año”, Página 12, 16/11/016).

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