Por Malú Kikuchi.-

La respuesta obvia es que la bola de cristal fue enterrada con López Rega. La respuesta probable es que la fórmula del Frente de Todos se impondrá en primera vuelta. Si Alberto F sacó el 47% de los votos en las PASO, es difícil pensar que pueda sacar menos del 45%.

En este inverosímil sistema electoral en el cual alguien llega a presidente con el 45%, no con el 50% más 1 voto (como sucede en casi todas partes), o con el 40% si la diferencia con el candidato que lo sigue es de más del 10%, Alberto debería sacar menos del 45% y Macri más del 35%. Difícil.

Nada es imposible, pero pareciera poco probable. Lo que habría que tener en claro son las consecuencias a futuro que tendrían estas elecciones. No se elige sólo un Frente electoral, un partido u otro, se elige un sistema de vida, se elige entre la libertad y la coacción, entre la ley y la arbitrariedad, entre la República y el autoritarismo.

Se elige entre la obra pública construida, con un costo 40% menor y la obra declamada y no construida y pagada un 40% más. Se elige entre importar energía a costos increíbles (energía escasa, a veces de mala calidad, la venezolana) o volver al autoabastecimiento y hasta la exportación.

Se elige entre exportar menos carne que Paraguay y Uruguay y casi dejar de exportar, o volver a exportar desde materias primas hasta insumos que nunca se habían exportado. Se elige entre darle todo el poder a los punteros con respecto a los subsidios o al hecho de haber bancarizado a la mayoría de los subsidiados.

Se elige entre un país que exportó poco y a pocos países y otro que exporta a Rusia, Japón, EEUU y hasta podría exportar a toda la Unión Europea. Se elige entre la feroz hipocresía de un Frente cuyos gobernadores lloran por el hambre de los chicos, exigen una ley alimentaria y al mismo tiempo rechazan la rebaja del IVA a los alimentos esenciales, mientras el otro Frente hizo algo para remediarlo.

Se elige entre un gobierno que mentirá las encuestas para no hablar de inflación y no contará pobres para “no estigmatizarlos”, y otro que por desagradable que sea la verdad, la dirá. Se elegirá entre un gobierno mentiroso que sostiene que hizo todo bien y otro que admite errores.

Se elige entre un gobierno amigo de los países que hambrean y esclavizan a su gente como Irán, Cuba, Venezuela, Nicaragua… y otro que está alineado con los países libres del mundo; los países prósperos, los países que eligen los migrantes que escapan de los países antes nombrados.

Se elige entre la censura y la libertad de prensa. Se elige entre cambiar la Constitución Nacional por una bolivariana y sin poder judicial y el respeto a la Constitución que ha hecho de nosotros una nación. Se elige entre la reforma agraria y un campo que es nuestra principal industria.

Se elige entre ladrones y chambones. A cualquier marciano le parecería lógico y racional elegir, a pesar de no estar totalmente de acuerdo, a los chambones. Pero los argentinos somos tan curiosos, o tan desinformados, o tan corruptos, que parece que vamos a elegir a los ladrones.

Esperando lo inesperado, parafraseando a Roque Sáenz Peña: “Quiera el pueblo votar”. Añadiría, sepa el pueblo votar después de pensar. Pensar por qué vota, para qué vota y sobre todo, sabiendo a quienes vota.

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