Por Oscar Edgardo García.-

La clase política ha alcanzado todos los límites irracionales posibles para con la clase pasiva, sin distinción alguna.

Los mismos no son solamente de desidia sino también de castigo, dado que los que perciben los haberes mínimos caen en niveles de pobreza y quienes perciben beneficios previsionales más altos descienden en la escala de la clase media.

Es hora de que el próximo gobierno no sea uno más de los que utilizan a los jubilados de manera miserable e hipócrita en pos de objetivos políticos personales y preste atención a las necesidades vitales de la clase pasiva adoptando mínimamente las siguientes medidas:

1.- Ajustar los haberes previsionales con una fórmula y una periodicidad que permitan mantener su poder adquisitivo.

2.- Liquidar el primer haber jubilatorio del beneficiario de manera correcta y respetando la jurisprudencia vigente, circunstancia que liberará al jubilado de la habitual imposición de iniciar una larga demanda judicial a la ANSES para resolver su arbitrariedad.

3.- Derogar la obligatoriedad de aportar al PAMI y conceder al jubilado la opción voluntaria de adherirse al mismo para la atención de su salud o para decidir la contratación de los servicios de una obra social o de una empresa de medicina prepaga, medida que librará a un elevado número de jubilados de pagar obligatoria e injustamente por un servicio que no utiliza.

4.- Exigir que la ANSES cumpla en tiempo y forma con su obligación de pago de las sentencias judiciales definitivas que recaen merecidamente en favor de los jubilados.

5.- Excluir a los haberes jubilatorios de la tributación del impuesto a las ganancias.

6.- Eximir del pago del impuesto al valor agregado a los contratos que los jubilados concreten con las empresas de medicina prepaga para la prestación de sus servicios.

La adopción de dichas medidas traerá aparejada una mejora sustancial de los haberes previsionales, representando un acto de justicia para con la clase pasiva y una reivindicación de la clase política hacia ella.

Confiemos en que en esta oportunidad la clase política se ocupe seriamente de la clase pasiva y que finalmente los gobernantes honren las promesas que pregonan en sus campañas proselitistas concretando una verdadera reparación previsional histórica.

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