Por Oscar Edgardo García.-

El 22 de noviembre de 2022, Horacio Rodríguez Larreta, en su discurso en la apertura de la 28° Conferencia Industrial de la UIA llevada a cabo en Parque Norte, ratificó su compromiso de «trabajar para destruir la grieta», señalando que la Argentina no puede seguir funcionando «con una sociedad partida en dos y con cada vez más antinomias» y afirmando que «eso no va más en la política, no va más en la sociedad. Intentemos algo diferente. Llevamos demasiadas décadas divididos».

Su línea de pensamiento no merece observaciones pero debería ser coherente y dar el ejemplo intentando acciones con tales objetivos, ya que su decisión personal de elegir el mismo día al Presidente de la Nación y al jefe de gobierno de la CABA pero en forma separada ha creado una grieta en su propia fuerza política al actuar individualmente y sin informar previamente sobre la misma al resto de sus colegas, de modo de respetar la ética que debe reinar en las relaciones racionales entre las personas.

A las grietas ya existentes en la sociedad y en la política, Rodríguez Larreta ha sumado una nueva en su propia casa, sobre la que deberá «trabajar para destruir», si es que desea cumplir con el compromiso que asumió públicamente.

El Jefe de Gobierno de la CABA, con su pluma, cosechó un nuevo logro: «hacer llover sobre mojado».

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