Por Malú Kikuchi.-

Cuando era chica y muy aficionada a las series televisivas judiciales, escuchaba el juramento obligatorio sobre la Biblia que decía: “la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad”.

Entendía perfectamente el “decir la verdad”, eso era simple; entendía el “nada más que la verdad”, me lo imaginaba sin firuletes, ni agregados. Lo que me desconcertaba era el “toda la verdad”. El significado se me escapaba.

Si ya se juraba decir la verdad, ¿qué quería decir “toda la verdad”? Con los años comprendí. Una verdad a medias, no es una verdad. Parte de una verdad puede tergiversarse de tal forma, que deje de ser verdad y se convierta en mentira.

Esa fue la 1° aclaración, ahora va la 2°. Creo que los muros sirven para mantener la privacidad de las viviendas, no para separar países. Creo que los muros que separan fronteras deben ser destruidos para construir puentes.

3° aclaración: todas las mañanas a partir del 20/1 de este año, me levanto temerosa de leer o escuchar en las noticias las “novedades” del gobierno de Trump, que parece dispuesto a cumplir sus promesas electorales.

Habiendo aclarado, paso a contar “toda la verdad”, esa que los medios no cuentan. Trump sigue sosteniendo que va a construir un muro entre México y EEUU. Pero el muro empezó a construirse en 1994, tiempos de Bill Clinton (demócrata), mientras era fiscal general de los EEUU, Janet Reno.

Entre la ciudad de Tijuana, México y la ciudad de San Diego, EEUU, triple muro de contención, iluminación potente, visión nocturna, sensores de movimiento y toda la última tecnología. También existe un muro entre el estado de Arizona y México.

Entre Nueva México y México, otro. Existen 1050 km de muro entre los dos países. Y el 17/5/2006, el senado de EEUU aprobó por 83 votos a favor y 16 en contra, la ampliación del muro en 595 km, más 800 km de vallas en la frontera con México. Trump no inventó nada, sólo le saca rédito.

Trump habla de deportar a todos los inmigrantes ilegales, se calcula que en EEUU hay 11.300.000. Hasta ahora y desde hace 30 años, el presidente que deportó más ilegales desde los EEUU, ha sido Obama (demócrata). La comunidad latino americana lo llama “el gran deportador”.

Deportó 2.858.000 indocumentados. Trump solo sigue la idea y los métodos de su predecesor. Lo hace con malos modos, lo grita, lo usa como bandera electoral, pero el hecho es el mismo. No hay países que quieran inmigrantes ilegales, ¿entonces por qué tanto escándalo con Trump y tanto silencio con sus antecesores?

Porque los medios no simpatizan con los millonarios que saltan a la política de la nada y osan ganar elecciones porque el sistema de su país se lo permite. Porque a los medios del mundo no les gustan los gobiernos republicanos y simpatizan con los demócratas.

Porque Donald Trump es una incógnita que puede resultar peligrosa para el mundo, o puede llegar a ser un presidente debidamente controlado por el poder legislativo de su país, que tiene la posibilidad de hacerle un juicio político si se sale de los carriles constitucionales. Porque Trump es soberbio, detesta que lo contradigan y está en guerra con los medios.

Y los medios de EEUU y del resto del planeta, tienen derecho a expresar sus opiniones, sean estas cuales fueran. Pero no tiene derecho a no contar “Toda la verdad”.

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