Por Malú Kikuchi.-

Desconcierto, indignación, tristeza, bronca. Todo junto y al mismo tiempo, esas son las reacciones que me provocan mamá Hebe, el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi, y una militancia variopinta, entre defensores de DDHH absolutamente tuertos y los restos de una militancia K.

Escenario: Una Argentina devastada por la corrupción más grande de la que se tenga memoria. Corrupción que baja desde lo más alto del gobierno K y permea la sociedad. Con los mismos jueces que actuaron durante el kirchnerismo y le fueron adictos. ¿Hoy se han convertido en jueces de la justicia? No se sabe. Habrá que esperar.

Hechos: En tiempos K apareció el proyecto “Sueños Compartidos”, que hizo de mamá Hebe una empresaria de la construcción, de su hijo cuasi adoptivo, el apoderado de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, y del estado nacional un generoso donante al que hay que pedirle explicaciones.

¿Por qué se eligió a la Fundación de Madres y a mamá Hebe para construir viviendas sociales en vez de licitar el proyecto entre constructoras idóneas? No funcionó. Las casas en su mayoría no se construyeron, se esfumaron más de $ 200 millones, se estafó a la pobre gente que esperaba sus casas y al personal que trabajaba en el proyecto, al que no se le pagaron ni los servicios sociales.

El escándalo explotó el 15/4/2012. Mamá Hebe le echó la culpa a los hermanos Schoklender. Sergio Schoklender acusó a la Fundación y en particular a mamá Hebe. La plata desapareció, las casas no se construyeron, a los obreros se les adeudan sueldos, indemnizaciones y ANSES.

En 2011, la diputada CC Elsa Quiroz, denunció a Sergio Schoklender por enriquecimiento ilícito, sin mencionar a la Fundación Madres, a la que Sergio acababa de renunciar. La causa durmió desde entonces hasta ahora. El juez federal Marcelo Martínez de Giorgi llamó a mamá Hebe a indagatoria, no fue y aclaró que no iría. El jueves 4/8/2016 fue llamada por 2° vez, la esperaron desde las 10 hasta las 13hs, no se presentó. El juez la declaró en rebeldía y ordenó su detención.

Mamá Hebe haciendo caso omiso de las decisiones del juez, de la presencia de la policía federal, custodiada por la militancia y los restos K, se subió a la camioneta y se dirigió a la Plaza de Mayo donde, micrófono en mano, habló a la multitud. Volvió a la Fundación y el viernes se fue a Mar del Plata, mientras sus abogados negociaban con el juez, levantar la orden de detención.

Personajes: Hebe Pastor, ex Bonafini, dice ser madre de dos desaparecidos, incluyendo una nuera, es posible que así sea. No acepta el sistema democrático (salvo que gane Cristina K), cree en la revolución eterna, al mejor estilo de la revolución cultural de Mao Tse Tung, salvando distancias en cuanto a inteligencia y preparación. Insulta, adora las palabras groseras y es la dueña de la verdad.

Sergio Schoklender, acusado de matar a sus padres con ayuda de su hermano Pablo (1981), detenido y encontrado culpable, se recibió de abogado y psicólogo en la cárcel. Fue prácticamente adoptado por mamá Hebe y cuando su hermano Pablo (detenido mucho después que Sergio, ya que huyó a Bolivia con nombre supuesto) salió de la cárcel, lo sumó al negocio de la Fundación.

Marcelo Martínez de Giogi, juez federal desde 2012, juzgado N° 8, ganado por concurso, antes de eso fue juez federal subrogante desde 2008 en dos juzgados, uno Criminal, otro Comercial. Previamente, fue secretario de la Cámara Federal. Se recibió de abogado en la Universidad Kennedy en 1990, pero ya entonces trabajaba en el poder judicial.

Hechos: Sergio Schoklender al ser acusado, con mucha astucia, hizo un fenomenal raid mediático, y en cada programa aumentó por goteo sus declaraciones contra funcionarios del gobierno K. Es obvio que sabía mucho, que guardaba pruebas y el poder judicial dejó en paz, a él y a su hermano.

Meterse con mamá Hebe pareciera ser un delito en sí mismo, ella es un ícono, el emblema de los pañuelos blancos, que en el caso de mamá Hebe, sí se ensucian. “Que la sangre no tape al delito”, dijo Santiago del Moro. No confundir con las muy respetables Madres línea Fundadora.

Mamá Hebe declaró que no creía en el juez, ni en el poder judicial, ni en la justicia. Y la aplaudieron Cabandié, Sabbatella, Larroque, Parrilli, D’Elía, Kicillof, Teresa Parodi, Máximo K, Amado Boudou y más. Será trabajo de las dos cámaras tomar medidas sobre el comportamiento de sus miembros, que apoyaron el incumplimiento de una decisión judicial.

El juez que ordenó la detención de Hebe, lo hizo en jueves, día en que las madres desde 1977 dan vueltas alrededor de la pirámide de Mayo. ¿A sabiendas? El juez levantó la orden de detención. “Si no está en condiciones (puede ir a Plaza de Mayo y discursear, puede viajar en camioneta hasta Mar del Plata, lo que demuestra muestra una salud muy saludable), puedo ir donde sea necesario, a la Fundación o La Plata “y no se sabe si ha fijado fecha o esta la fijará la indagada. Mamá Hebe, tan educada ella, dijo en Mar del Plata: “El juez no tiene bolas”.

También dijo: “Podemos hacer lo que queremos”. “Tomemos las calles y las plazas” “No nos fuimos, no perdimos”. No sé si se trata de un delirio senil o de la locura que siempre la empujó a romper límites sin calcular las consecuencias.

Sea lo que fuere, ella es ella, pero la gente que la aplaude, que la sigue, que la vitorea, esa ya no es la de los 70, es otra, pero pareciera ser la misma. Que Dios nos ampare si no aprendimos nada en todos estos años. Decía Hegel que, “La historia sólo nos enseña que no nos enseña nada”. Espero que esta vez no sea cierto. Y no todas las personas son iguales ante la ley, Hebe Pastor no lo es, tiene coronita. La coronita no es revolucionaria. Una incongruencia más.

Mientras me quedo mascullando mi desconcierto, mi indignación, mi tristeza, mi bronca. Todo junto y al mismo tiempo. Le sumo impotencia. No quiero volver a odiar. No puedo evitarlo.

* Constitución Nacional, artículo 16: “Todos los habitantes son iguales ante la ley”.

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