Por Silvio Pedro Pizarro.-

Acabo de presenciar por el canal de noticias TN, el programa del periodista Nelson Castro de 18 a 21 hs., donde nos informa una noticia “Urgente”: la Comisión Interamericana de Derechos Humanos exige la inmediata liberación de Milagro Sala.

Como de costumbre emite su opinión personal terminante con expresiones de fuerte parcialidad que nos brinda durante nueve minutos, con la exposición a sus espaldas y en otros momentos a plena pantalla, de la acusada en actos políticos militantes de su organización.

Nelson Castro justificó plenamente la intervención del organismo con argumentos jurídicos equivocados, que denotaron su ignorancia sobre derecho penal, derechos humanos, y criticó abiertamente la política del presidente y del gobernador de Jujuy, exigiéndoles, él mismo, con inusual dureza, que debían cumplir la “orden” y dejar en inmediata libertad a Milagro Sala.

Conocido comportamiento del periodista, que divaga por la pantalla diciendo disparates a sabiendas de que no hay posibilidad de réplica por parte sus oyentes.

Por supuesto, sus fundamentos sobre la injusticia de la detención de la acusada, los podía rebatir un iniciado estudiante de derecho, pero su egolatría como médico, orador y ahora doctor en leyes y de otras actividades que no viene al caso señalar, lo impulsaron a dar una clase magistral de los derechos humanos, afirmando que ningún procesado puede quedar detenido mientras se substancia el juicio y debe quedar en libertad hasta que se dicte sentencia.

Desde mi soledad frente al eminente expositor, no pude menos que gritarle a la pantalla qué opina sobre los juicios de miles de militares que permanecen en prisión, sin sentencia desde hace años, muchos de ellos sin siquiera la iniciación del juicio, y de edad avanzada. Desde luego, »no me contestó.»

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