Por Carlos Tórtora.-

A medida que avanza la cuenta regresiva de las elecciones también crece en el gobierno la paranoia por reales o supuestas conspiraciones peronistas para el 15 N. El principal temor es que se produzca un pronunciamiento de gobernadores peronistas respaldando al gobierno pero reclamando un plan económico para la reactivación. El gobernador cordobés Juan Schiaretti está bajo la lupa, ya que viene expresando en los últimos días su disgusto con Cristina Kirchner. También se lo menciona a Eduardo Duhalde como muy activo en las gestiones para congregar al peronismo no K. Para el kirchnerismo, cualquier pronunciamiento político que no sea armado desde la cúspide del poder sería sencillamente subversivo. La presión ahora en la Casa Rosada le apunta a Juan Manzur como representante genuino del peronismo del interior. “Lo pusimos para que controle a los gobernadores y no para que acuerde con ellos”, reflexionó un allegado a Eduardo Wado de Pedro. El jefe de gabinete está conminado ahora a evitar cualquier maniobra del peronismo no K. A toda máquina, fue así que el gobierno obligó a los gobernadores a suscribir el congelamiento de precios dispuesto por Roberto Feletti.

Para los jefes de La Cámpora, el kirchnerismo debería prepararse para contragolpear luego de la inminente derrota reclamando una mayor kirchnerización del gobierno. Esta ha sido la receta que se aplicó desde que asumió Alberto Fernández la presidencia. El control de los gobernadores sería mucho más difícil si Cristina pierde el quórum propio en el Senado, porque en este caso podría haber disidencias en el bloque de senadores del Frente de Todos.

Saab, una bomba de tiempo

El recrudecimiento del miedo al futuro en la dirigencia kirchnerista se vincula con otro tema: la reaparición de las investigaciones sobre la corrupción chavista. La Justicia argentina busca ahora formalizar en un expediente las declaraciones de Hugo Carvajal, el ex jefe de inteligencia de Hugo Chávez, quien afirmó en la Justicia española que durante el chavismo enviaron unos 21 millones de dólares de manera irregular a Néstor Kirchner. La investigación publicada por Clarín avanza en este sentido. Pero tal vez lo más significativo es que las declaraciones de Carvajal ocurren a pocos días de que Alex Saab, el principal operador financiero de Chávez, haya sido extraditado a los EEUU para responder por varias causas, empezando con el lavado de dinero. La impresión de algunos especialistas venezolanos es que es inevitable que la investigación de los negocios de Saab salpique a los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. De ser así, esta última podría -por primera vez- quedar sentada en el banquillo de los acusados en una causa que se tramita en los EEUU, lo que la debilitaría enormemente en el frente interno.

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