Por Carlos Tórtora.-

La lucha contra la pandemia pasó a ser el escenario principal de la política y hay que prever que sea el eje de la futura campaña electoral. El gobierno consiguió acordar con Juntos por el Cambio la postergación por un mes de las PASO, con lo cual conseguiría algunas semanas más para que se realice la campaña de vacunación, hoy semifrenada por insuficiencia de vacunas. La apuesta oficial es aplicar 20 millones de dosis entre mayo y junio, lo que se traduciría en una caída de contagios significativa. La clave es llegar al segundo semestre con el humor social en alza por estar saliendo el país de la segunda ola.

Por supuesto que este horizonte se asemeja hoy al largo plazo, porque el gobierno está acomodando las cargas en decisiones que se agotan en horas. Ayer se comentaba cuál sería la intención de la Corte Suprema en su inminente fallo sobre la inconstitucionalidad del Decreto 241/2021. Aparentemente el tribunal intentaría hacer equilibrio entre el presidente y Horacio Rodríguez Larreta, lo que convertiría la sentencia en una suerte de lavado de manos. La novedad es que a partir de la reunión de ayer de la plana mayor del gobierno con el comité de epidemiólogos, quedó en evidencia que AF se despegó ostensiblemente de la línea dura encabezada por Axel Kicillof, Daniel Gollan y Nicolás Kreplak. Ahora los adláteres del presidente plantean aumentar los controles y tomar algunas medidas más pero postergar sin fecha la vuelta a fase 1 que plantean los bonaerenses. Así es que se difundió la especulación de que reimponer la cuarentena total es una bala de plata que debe guardarse para una situación más extrema. Paralelamente, entre el Gobierno de la Ciudad y la Casa Rosada se tendieron puentes para que Horacio Rodríguez Larreta vuelva a aparecer en las reuniones, lo que ocurriría este jueves.

Cómo sobrevivir

Traducido esto en términos políticos, significaría que AF se corrió rápidamente hacia el centro para no regalarle a Larreta el control del espacio moderado. Este giro es a expensas del kirchnerismo duro, que pasó a quedar en una postura extrema que no encuentra apoyo mayoritario. Es evidente que el grueso de la población pretende medidas restrictivas efectivas pero que a la vez sean lo menos molestas que se pueda. Con esta consigna, los hombres del presidente tejen un retoque a las actuales medidas restrictivas.

El giro de Alberto hacia la moderación es también una señal de que el gobierno es consciente de su vulnerabilidad y no está dispuesto a cederle a Juntos por el Cambio el control del espacio de centro.

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