Por Guillermo Cherashny.-

Alberto Fernández tiene a la firma la prórroga de la concesión de la Hidrovía por 180 días más, al tiempo que llama a una licitación nacional e internacional supervisada por a la OCDE. Las presiones de sectores del kirchnerismo para estatizar la Hidrovía del río Paraná es muy fuerte y persistente pero la vicepresidenta ya autorizó la propuesta presidencial, que cuenta con el apoyo de Sergio Massa, el presidente de la Cámara de Diputados.

La estatización es de imposible cumplimiento, por la simple razón de que el Estado no posee dragas para seguir la operatoria ni expertise para cobrar el peaje y sólo podría hacerlo expropiando o tomando prestadas sin consentimiento las dragas de la empresa belga Jean De Nul, lo cual se convertiría en un nuevo caso Vicentin en momentos en que las relaciones con el complejo agroindustrial están muy mal por la amenaza de aumentar las retenciones a la carne y al maíz y también por el ensanchamiento de la brecha cambiaria de estos días.

El delirio estatista parte de la base de que la recaudación de la Hidrovía podría ser de 30.000 millones de dólares, cuando en realidad el consorcio que la maneja no llega a facturar 300 millones dólares. Decimos que es un delirio porque los estatistas suponen que los sojeros evaden por contrabando casi toda la producción soja, maíz y trigo, cuando sólo es una pequeña parte, que se origina en el cepo al dólar más las retenciones, y no es atribución de la Hidrovía, porque, al igual que Autopistas del Oeste, la empresa puede cobrar el peaje pero no revisar el contenido, que debe realizarlo la Prefectura Naval.

Si se llegara a aprobar lo que piden los estatistas, sería generar un caos en la Hidrovía suspender el dragado y generar un conflicto legal con el consorcio y con todo el sector agrícola-ganadero.

Share