Por Carlos Tórtora.-

El miércoles pasado la revista Movimiento 21 realizó un acto de cierre del año al cual se habían comprometido a asistir Sergio Massa y Miguel Ángel Pichetto. Pero este último faltó sin avisar y Massa fue la única figura del Peronismo Federal presente. El desplante se hizo evidente y de inmediato trascendieron rumores sobre el problema de fondo: tanto Pichetto como Urtubey se oponían a la realización del plenario de Alternativa Federal previsto para este 19 en Parque Norte. Diplomáticamente, ambos daban supuestas razones para la suspensión. Pichetto decía que podía interpretarse la convocatoria como un retroceso si no había un avance en las decisiones con respeto a la reunión anterior con los nueve gobernadores en la Casa de Entre Ríos. Por su parte, Urtubey habría invocado como excusa su actual estrategia de acentuar la diferenciación de su figura política con respecto al conjunto.

La desconfianza

La realidad es que tanto Urtubey como Pichetto percibieron una maniobra del massismo para copar la convocatoria. Aparentemente el tigrense estaba dispuesto a movilizar los 2000 asistentes al congreso de su partido que sesionaron el lunes pasado en San Martín dándole al acto del 19 el tono de una movilización massista, frente a la escasa presencia colectiva de los seguidores de los demás presidenciables. Ante el riesgo de que el evento se convirtiera en un lanzamiento de la candidatura presidencial de Massa, Pichetto y Urtubey hablaron con los gobernadores y anularon el acto. La maniobra quedó así abortada pero subsistiría cierta tensión en el ambiente que se reflejaría en la reunión de mesa chica que habría en lugar del acto.

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