Por Guillermo Cherashny.-

Para la ministra de seguridad, el plante de Torres, el gobernador de Chubut, le vino como anillo al dedo para retomar con ímpetu la lucha por la presidencia del PRO frente a Macri, cuando parecía que éste tenía una amplia mayoría dentro del partido. Ella no es fundadora del partido amarillo; todo lo contrario: tenía un partidito -Unión y Libertad- cuando el expresidente la nombró como ministra de seguridad en 2015 y al terminar el mandato el ingeniero le regaló la presidencia del PRO para chuzarlo a Horacio Rodríguez Larreta, que tenía cuatro años más como jefe de gobierno de CABA que, como se sabe, tiene el manejo total de la caja política del “maxikiosco”, como se llama el gobierno capitalino.

En realidad, los jefes de gobierno comparten las «efectividades conducentes», como llamaba don Hipólito al «negro» de la política, que en los primeros tres del siglo XX eran las estancias que recibía como herencia Marcelo Torcuato de Alvear, que se gastó su cuantiosa fortuna en las campañas políticas de la UCR. Pero el PRO no es la UCR y la «tarasca» sale de los negocios paralelos que maneja Nicky Caputo y, cuando Macri la nombró al frente del partido, los fierros o «la caja» la seguía manejando Horacio Rodríguez Larreta. Así fue, en el 2021, que Patricia quiso encabezar la lista de diputados nacionales por Capital pero Larreta la amenazó con echar a todos los funcionarios que ella tenía en gobierno de CABA y también en la legislatura, y ella arrugó y se quedó con la sangre en el ojo. Y se tomaría revancha en las PASO del 2023, donde ganó con claridad y, aunque quedó afuera del ballotage, no sólo no renunció a la presidencia del PRO sino que asumió nuevamente el ministerio de seguridad contra la opinión de Macri y sólo pidió licencia. Y estaba resignada a que el expresidente la suceda en el cargo. Como dijimos al principio, la amenaza de Torres la empoderó y desde el estado elaboró un documento pidiendo apoyo para pelear la presidencia del PRO con el expresidente y muchos dirigentes huelen el poder que les puede proporcionar la ministra de seguridad, de modo de pasar al entrismo que siempre practicó, primero en el peronismo, ahora lo hizo en el PRO y a esta altura de la vida se quiere quedar con todo.

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