Por Carlos Tórtora.-

A esta altura, no parece ya haber dudas. Con absoluta coherencia, Javier Milei decidió potenciar su enfrentamiento con la dirigencia a través de un triple frente: con el Congreso, con los gobernadores y con la CGT. Esta semana escalará la crisis con las provincias patagónicas con el casi seguro corte del suministro de petróleo y gas a la Nación, mientras se desarrollará una secuencia de paros sindicales. Todo culminará el viernes con un discurso presidencial en la apertura de sesiones ordinarias que subiría la apuesta de confrontación con el «nido de ratas».

Es evidente entonces que Milei eligió gobernar en soledad, confiado en el apoyo de la opinión pública. Su fuerza radica en no negociar y apretar el acelerador.

La estigmatizada casta soportó el embate libertario con la convicción de que se llegaría a un punto de negociación, lo que no está ocurriendo. La construcción política de Milei se basa en polarizar y profundizar el ajuste, instalando que el mismo termina con los privilegios de la casta.

La dirigencia, todavía sorprendida por la magnitud de los ataques, parece maniobrar jugando con los tiempos. Las encuestas muestran una firme tendencia declinante del apoyo al gobierno y esto, de continuar 60 días, mostraría un serio debilitamiento del bloque oficialista, lo que crearía un escenario político distinto. Es obvio que el gobierno apuesta todo a que habrá indicadores económicos positivos y que una ola de optimismo le permitiría capitalizar políticamente.

La escalada

Con este panorama, el centro de gravedad pasa entonces por si efectivamente el gobierno de Chubut cortará el suministro de gas y petróleo a la Nación. De hacerlo, hay pocas dudas de que Milei ordenará que se pida el procesamiento del gobernador Ignacio Torres por violación del artículo 194 del Código Penal. Un gobernador procesado a instancias de la Casa Rosada sería una señal de alarma para todos los gobernadores y el conflicto se agravaría. Este es el rumbo hoy más probable.

En el Congreso, el jefe de la bancada de UxP, José Mayans, instaló sin vueltas la hipótesis del juicio político a Milei. Está claro que la oposición no reúne los dos tercios necesarios para que la acusación de juicio político prospere. Pero el episodio marca la intención de instalar que el presidente puede tener las facultades mentales alteradas. O sea, un factor de desgaste para un gobierno que descansa exclusivamente en el poder presidencial.

En síntesis, si Milei potencia la crisis en los próximos días deberá enfrentarse a un Congreso con mayoría opositora que sancionaría leyes contra el gobierno. El veto de las mismas sería el siguiente paso de la escalada.

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