Por Sebastián Dumont.-

En su carrera para no perder la centralidad que recuperó luego de declarar en Comodoro Py, Cristina Fernández de Kirchner quiere pasar lista para ver en serio con lo que cuenta. Con la espuma que baja tras el acto del miércoles pasado, el poder real que maneja la ex jefa de Estado no es tan grande como la sensación que dejó la movilización de militantes. En lo institucional, no tiene capacidad de poder inferir en los temas más trascendentes, demostración que se evidenció en las últimas sesiones de diputados y senadores. Ahora convocó a los intendentes, donde podría quedar más claro que ya no tiene el respaldo de antes.

La teoría de aquellos que ven en la reaparición de CFK a la escena política como una complicación para el peronismo afirman su idea. Y eso se empezó a ver con la convocatoria al acto frente a tribunales. El caso de los intendentes es una de esas muestras.

Desde diciembre, un grupo de nuevos intendentes habían empezado a reunirse para mostrar una forma distinta de diálogo con las distintas fuerzas políticas, sobre todo con el oficialismo nacional y provincial. La necesidad tiene cara de hereje. Fueron un paso más y firmaron el acuerdo de San Antonio de Padua, donde prometieron seguir lineamientos del Papa Francisco. La cultura del encuentro que ahora CFK se empecina en desordenar.

Los jefes comunales del conurbano sienten esa división. Por un lado, los más fanáticos K son Jorge Ferraresi de Avellaneda y Juan Patricio Mussi de Berazategui. Un escalón muy cerca quedó ubicado, sobre todo después del miércoles, el intendente de Malvinas Argentinas, Leonardo Nardini, quien puso todo su aparato para marchar en apoyo a CFK. Él era uno de los que trataban de desmarcarse de La Cámpora. No pudo.

En ese grupo, ya hay intendentes que no irán a ver a Cristina Kirchner el lunes. Son los mismos que mandaron gente el miércoles pasado pero trataron de no mostrarse ellos. Qué actitud tomará CFK es una incógnita.

Lo cierto es que esta reaparición complica la unidad del peronismo y abona la idea que tienen en el macrismo de mantener al PJ dividido en tres partes por lo menos. En ese sentido, la ex presidente es funcional.

¿A qué jefe comunal le puede servir una foto con La Cámpora y los sectores que hoy están seriamente cuestionados por la justicia? Ellos querían a Scioli, pero como se adelantó en este medio, llegan también las complicaciones judiciales para el ex gobernador que arrancó con el caso IOMA y se sumó con la reactivación de la causa por su enriquecimiento.

Así como se partieron los bloques en el senado provincial primero, en diputados de la nación después, ahora los intendentes van camino a la misma lógica de partición. Quedar pegados a CFK no parece ser una buena alternativa.

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