Por Carlos Tórtora.-

Cristina Kirchner puso en marcha su campaña para el 2023 el viernes pasado en Pilar. Cuenta con un factor a favor y es la ola de izquierda que cubre Latinoamérica con la llegada al poder primero de Gustavo Petro en Colombia y luego de Lula en Brasil. Pero en el terreno interno casi todos los factores le juegan en contra a la vicepresidenta. La mansedumbre de otros tiempos de Alberto Fernández se ha transformado en una persistente resistencia y prueba de esto es que en su discurso ella no hizo alusión a su intento de suspender por ley las PASO, evidenciando que la resistencia que muestra el presidente ha hecho mella en el plan kirchnerista para juntar la mayoría de votos en Diputados.

Por otra parte, con el 6,8 de inflación previsto para octubre, el cristinismo se encuentra con una pésima base para lanzar una estrategia electoral.

No menos inquietante es el panorama de los gobernadores peronistas. Estos asumen que, si no hay suspensión de las PASO, se verán obligados a desdoblar en muchos casos las elecciones locales para evitar ser arrastrados por los pésimos números del Frente de Todos. Cristina debe evitar en este punto que la sociedad asuma que se retirará al baluarte bonaerense abandonando a su suerte al resto del país. Una situación de ese tipo podría generar un clima de descontrol que hasta podría hacer que el FdT pierda Buenos Aires, donde hoy disputa el segundo puesto con Javier Milei.

Primero Alberto

De todos los problemas que tiene ella por delante, el más urgente de resolver es la rebeldía de Alberto, que amenaza implícitamente con candidatearse a la reelección con el apoyo de la CGT, el Movimiento Evita y algunos grupos del PJ muy minoritarios. De persistir en su actitud, el presidente obligaría al kirchnerismo a una batalla que podría debilitar el liderazgo de CFK. Y si en el medio de la misma, ella fuera condenada en la causa Vialidad, se crearían condiciones para que algunos le reclamen que dé un paso al costado. Para las necesidades políticas de CFK es fundamental entonces mostrar un liderazgo indiscutido al momento de que los jueces fallen.

Tal vez para Alberto la situación se mida completamente a la inversa. Esto es, que sus planes de crecer en las encuestas a caballo de un mejoramiento de la economía se vean favorecidos por la condena a su jefa política. Fuentes de tribunales coinciden en señalar que la sentencia se dictaría durante el Mundial para neutralizar las reacciones de agitación que podría intentar el kirchnerismo.

Por el momento, la vicepresidente está evitando mencionar a Alberto, que en cambio recibe las críticas de Máximo Kirchner.

Paradójicamente, el resurgimiento de la confrontación entre presidente y vice favorece la decisión de esta última de seguir mostrándose como una opositora a su propio gobierno. Por último, en estos días resurgió la versión de que Sergio Massa podría ser el elegido para candidato a presidente. Pero nada ocurrirá por el momento. Ella necesita por ahora que sea creíble su candidatura presidencial y a Massa le estropearía su gestión en Economía el hecho de aparecer también como candidato.

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