Por Carlos Tórtora.-

Cristina Kirchner reapareció ayer en un acto en Quilmes en una jornada singular porque Axel Kicillof fue el protagonista de otro acto, en este caso en Ensenada.

La expresidenta, con un discurso de crítica moderada a la política económica del gobierno nacional, salió sobre todo a reposicionarse como jefa del kirchnerismo ante los avances de Kicillof para componer una nueva canción, o sea, desplegar una estrategia para el 2025 menos atada a la figura de ella.

El gobernador estuvo sentado en primera fila sin duda para no abrir la brecha que se insinúa con la expresidenta. De cara al 2025, Cristina está comenzando a librar indirectamente la batalla por los espacios de poder. Esto es, las listas de candidatos a diputados y senadores nacionales por UxP. La Cámpora se niega a ceder terreno ante el proyecto de Kicillof, que se insinúa como más aperturista dentro del peronismo.

Ayer mismo, el gobernador hizo un llamado a los diputados nacionales para que rechacen el DNU 70/23 mientras Martín Menem se negó a aceptar el pedido de convocar para el 30 a una sesión especial para tratar el decreto.

Todo pasa por Diputados

Es de destacar que Cristina no hizo mención ayer al DNU ni a la ley ómnibus que se tratará mañana. Ella hasta ahora no ha querido confrontar con Milei en estos temas y esto la coloca en una postura blanda. Sin duda que el principal problema de la expresidenta consiste en conducir la reactivación del peronismo sin profundizar su enfrentamiento con la Casa Rosada, lo que es una contradicción mayúscula.

Ahora el protagonismo lo tiene Diputados con la ley ómnibus y el mega DNU. Una ruptura del Congreso con Milei llevaría al peronismo a un rol opositor frontal que por ahora no desea Cristina ni tampoco Kicillof.

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