Por Rafael Argento.-

La crucial campaña ante la segunda vuelta entre el Partido de los Trabajadores y el PDSB en el año 2014 en Brasil tuvo un factor desequilibrante: la aparición en escena de Luis Ignacio Lula da Silva, el ex presidente mejor valorando de la historia de aquel país, quien fortaleció la candidatura de Dilma Rousseff, que finalmente se consagró en las urnas por una diferencia de unos 4 millones de votos. Aquella fue una elección verdaderamente continental, donde las fuerzas nacionales y populares, progresistas y de izquierda de todo el continente apoyaron al PT frente al intento de “restauración conservadora” en el gigante sudamericano.

Las recientes apariciones públicas de Cristina Kirchner post confirmación del balotaje, polarizando con el proyecto político de Mauricio Macri, se enmarcan en una estrategia similar que podría protagonizar el Frente para la Victoria de cara a los decisivos comicios que tendrán lugar el próximo 22 de noviembre. Por lo menos así sueñan los kirchneristas. La ola del cambio llegó para quedarse. Me parece que eso será realmente imposible. El fin de la era pingüina se acabó para siempre.

La estrategia de Cristina Fernández rumbo a la segunda vuelta es clara: mostrar el país que encontró el Frente para la Victoria en mayo de 2003 -cuando Néstor Kirchner asumió su presidencia con la mitad de la población bajo índices de pobreza- tal como hizo el año pasado Lula con la herencia que él mismo recibió de parte de los gobiernos “tucanos”. ¿Alcanza con eso? ¿De corrupción no va a hablar? La presidenta, gracias a Dios, se va en pocos días.

Cristina Fernández de Kirchner quiere mostrarse como la conductora del proyecto. Esto quiere decir que seguirá teniendo el poder si gana Scioli. El candidato de Frente para la Victoria y gobernador bonaerense sabe de esto y, como dicen los chicos, “se quiere matar”. Claro, la Presidenta es piantavotos.

Lejos de visualizar un “doble comando”, Cristina va por todo y quiere reinar en caso de que gane Scioli. El tándem Dilma-Lula, complementándose, logró remontar aquel escenario de derrota (como siente hoy el kirchnerismo que tiene con Cambiemos) y venció a Neves durante la campaña rumbo a la segunda vuelta.

¿Podrá llegar a similar escenario el Frente para la Victoria, logrando vencer en la segunda vuelta al armado PRO+UCR, que cuenta con el visto bueno de la gran mayoría de los votantes? Más de un 60% del país eligió un cambio. Tarde, Cristina. Tu sueño de ser eterna se terminará el 22 de noviembre.

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