Por Carlos Tórtora.-

Buenos Aires vuelve a ser este año la madre de todas las batallas. El kirchnerismo apuesta, como objetivo esencial, a quedarse con la gobernación bonaerense, en la eventualidad, hoy bastante probable, de perder el gobierno nacional. En este camino, la reelección de Axel Kicillof se facilitaría gracias al efecto Milei. La elección bonaerense es por simple mayoría, es decir que gana el que saca un voto más. Esto implica que los votantes que Milei le pueda restar a JxC a través de la candidatura a gobernadora de Carolina Píparo serían más que suficientes como para hacer que la coalición opositora pierda la gobernación. Así, ganando pese a ello la elección nacional, JxC se encontraría frente a un serio riesgo de gobernabilidad, con un kirchnerismo controlando Buenos Aires, con numerosas provincias y fuertes bloques en el Senado y Diputados. Diego Santilli -a esta altura el seguro candidato a gobernador- y José Luis Espert, enfrentado con Milei, tratan por estos días de enhebrar una salida que los saque del rumbo de derrota que llevan. La solución más obvia sería conseguir que se desdoblen las elecciones provinciales de las nacionales, con lo cual se eliminaría el efecto Milei. Pero nada hace pensar que la oposición consiga mayoría en la legislatura para sancionar semejante cambio.

Sin salida

De este modo, JxC parece expuesto a una casi segura derrota en Buenos Aires a menos que consiga un acuerdo con Milei cuyas posibilidades son remotas, según analizamos en nota anterior.

El tema en cuestión está pasando a ser prioritario en la agenda de JxC, al punto que tanto Mauricio Macri como Horacio Rodríguez Larreta están abocados a encontrar una salida. No hay más que pensar qué hubiera pasado en el 2015 si el candidato a gobernador triunfante hubiera sido Aníbal Fernández y no María Eugenia Vidal. Larreta, en una reciente reunión con su equipo, habría deslizado que con Buenos Aires en manos de Cristina Kirchner le sería muy difícil gobernar.

Mientras tanto, en las filas kirchneristas se va imponiendo el criterio de que, para asegurar el triunfo bonaerense, es necesario consolidar el voto propio, lo que implica que Cristina aparezca en la boleta, ya sea como candidata a presidenta o a senadora nacional.

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