Por Guillermo Cherashny.-

Macri ya relanzó su reelección, seguro de que con la ayuda de FMI podrá atravesar esta tormentosa travesía marítima, como la definió, y se enfrentará con Cristina en las PASO de agosto y octubre del 2019 y está confiado en que ganará en primera vuelta o bien en un ballotage, en un desbordado ataque de confianza ante un peronismo dividido y en la creencia de que cumplirá fácilmente con las metas fiscales y de inflación que le impone el Fondo Monetario, aunque hasta ahora no pegó uno de sus pronósticos que le sugirieron sus sucesivos y fracasados ministros.

Los analistas políticos coinciden con esta apreciación presidencial sobre el futuro electoral, pero hay un inconveniente y es que Unidad Ciudadana lleve como candidata a Cristina, que mide cerca del 30%, y que el Peronismo Federal hará una gran PASO supuestamente entre Massa y Urtubey, aunque este último parecería que prefiere una fórmula de gobernadores, en este caso sería Urtubey-Lifschitz, y que Massa sea candidato a gobernador.

El tigrense no bajará su pretensión presidencial pero podría hacer una jugada innovadora y audaz cual es compartir fórmula a gobernador de Buenos Aires con Unidad Ciudadana, por ejemplo Insaurralde-Andreotti h., y disputar la interna con el candidato a gobernador de Urtubey. Pero como Massa supera largamente en votos al salteño, esa fórmula ganaría en las PASO para gobernador de la provincia de Buenos Aires, en tanto Unidad Ciudadana, sin PASO, tendría la misma fórmula y se repetiría una situación similar a Jujuy en el 2015, en donde Morales fue candidato de Cambiemos y del FR, pero en este caso el peronismo destronará María Eugenia Vidal del sillón de Dardo Rocha y ya en la primera vuelta el peronismo volverá a gobernar la provincia y el ballotage tendrá otro color, ya que Cristina satisfará su ego: le puede ganar a Macri y volver o perder pero compartir el gobierno de la provincia de Buenos Aires asestándole un duro golpe a la estrategia de Cambiemos y cambiar el horizonte político.

En tanto, Sergio Massa podría obtener en la primera vuelta más del 20% igualando o superando su performance del 2015 pero compartiendo también el gobierno de la provincia de Buenos Aires, pero con un gran satisfacción: sacarle una «ventajita» a Macri, así quedarán mano a mano.

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