Por Guillermo Cherashny.-

Macri ha decidido utilizar el jacobinismo de Elisa Carrió para denostar a los opositores con acusaciones ciertas y falsas. Pero estas últimas están arrasando con las instituciones republicanas como el legislativo y el judicial y asegurar la continuidad de un gobierno por cualquier medio que le sirva para aplastar a la oposición, sea la cristinista o la que encarnan Massa, Stolbizer, Lousteau, los gobernadores y senadores peronistas.

Carrió ha impuesto la moda de que el ejecutivo plantee iniciativas legislativas confusas para que la oposición no las acompañe. Entonces empiezan las cadenas de tweets escrachando a los diputados que no votan con el gobierno como si fuera un delito y luego reproducirlos entre sus fanáticos por cadenas de whatsapps que le llegan a sectores independientes.

Ya se ha dicho que los escraches tienen un origen en el nazismo; pero en nuestro país lo naturalizaron los organismos de derechos humanos al señalar que, como no hay justicia, hay que escrachar. Pero ahora es todo un gobierno el que, siguiendo el jacobinismo de Carrió, utiliza contra el congreso y la justicia a los que no se someten al destino de grandeza al que supuestamente nos está guiando el presidente Macri. Un ejemplo es el mentado artículo 37 de la ley de responsabilidad empresarial penal, que quería otorgarle al poder ejecutivo la potestad de negociar con las empresas que pagaron coimas, entre las cuales se encuentran las empresas de la familia Macri y la de Nicolás Caputo, el íntimo del presidente, entre otras, y ante la negativa agregaron que podría ser controlada la potestad ejecutiva por la SIGEN, en manos del ejecutivo, un fiscal y un juez, lo cual es inconstitucional, porque el ejecutivo se arrogaría funciones judiciales y el argumento de la presencia de un fiscal y un juez no lo soluciona porque sabemos que la justicia federal en su gran mayoría está al servicio del poder de turno, así es los sobreseimientos express que logra el gobierno como antes lo conseguía el kirchnerismo. Entonces el art. 37, que era una especie de encubrimiento para darle impunidad a empresas amigas del ex empresario Macri se «vendió» que era para «recuperar lo robado» y así producir los escraches por Twitter y la cadena de whatsapps.

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