Por Paul Battistón.-

LJ – Mi vocación es gobernar Córdoba.

P – Pero el presidente Macri tiene otro candidato… Baldassi.

LJ – Y bueno, ésa es su opinión y está bien que la tenga. Pero yo tengo aspiraciones a gobernar Córdoba.

La conversación de Luis Juez con el periodista puso al aire los acontecimientos que todos estiman ocurrirán, pero que, por la salud de Cambiemos, era preferible mantener en silencio.

Es una incógnita si dentro de dos años más Cambiemos (o por lo menos el Cambiemos cordobés) gozará de buena salud. Quizás finalmente necesite de antibióticos. Hasta ahora, sus enconamientos fueron aplacados con el antiinflamatorio Mauricio, capaz de deshinchar egos con éxito e imponer verticalismo.

De seguir esta situación, Luis Juez quizás deba limitar sus aspiraciones a subordinación. Una vez por fuera de la lista fue perdonable; dos pueden tener un efecto Lousteau.

Casi con certeza Héctor Baldassi se alzará con un triunfo el próximo 23 de octubre renovando su banca, ésa que allá por el 2013 ganó con un 14% de los votos del electorado por debajo del kirchnerismo. Hoy todo apunta a que será primero cómodo por encima del peronismo cordobés y de un kirchnerismo que se mantendrá casi tal cual como siempre.

Sería el primero en derrotar el peronismo cordobés en casi 20 años. Lo que ya arriesgó a muchos a anticiparlo como el próximo gobernador. Lo cual sería ciertamente contra la voluntad de Luis Juez y de muchos otros que, para peor, comparten el espacio. Lo de espacio tiene también una significación relativa si tenemos en cuenta que las aspiraciones se reparten entre un Juez de fondo peronista, un Negri de pasado angelocista y poética lengua en ascenso, un Mestre de gran imagen negativa y gran imaginación aspiracional tras repetir intendencia y aún falta la troupe Kammerathista (si… la de Kammerath, ése que era acérrimo de Luis Juez) y que su máximo referente Javier Pretto está guardado a la espera del enfriado de las irregularidades del ENINDER, pero que ya tiene tras de sí una diputada provincial de cuantiosas exposiciones televisivas en escaso tiempo (como por si acaso).

Una curiosidad es que los K de Cambiemos (kammerathistas) detestan a Baldassi, al que luego apuntalan cuando el látigo de Mauricio lo ordena, aunque quizás no esté lejos el día en que lo apuntalen con alfileres.

Si faltaba un ingrediente para condimentar el enredo, se agregó una encuesta que además de confirmar el posible triunfo de Cambiemos ahondó en sus inquisiciones y los encuestados parecen desestimar al pronto ganador Baldassi como potable para una candidatura a gobernador (masticar vidrio quizás, pero comerlo ya es too much). Habrá que ver si un triunfo materializado revierte esa percepción.

En las otras playas el enredo no es menor: el derrotado en las PASO Llaryora (¿o quizás deberíamos decir Schiaretti?) ha relanzado su campaña con más fuerza, con debates donde la silla vacía fue la respuesta de Baldassi (Mauricio sabe que Baldassi no puede debatir; es una acertada estrategia ausentarlo).

De los spots publicitarios casi ha sido eliminada la segunda en la lista Alejandra Vigo. Los resultados dejaron en claro que su sobreexposición no surtió ningún efecto positivo en las intenciones de los votantes.

Pero la presencia del gobernador al lado del candidato Llaryora se ha intensificado al extremo de ocupar más tiempo él en pantalla que el propio Martín Llaryora. ¿Tendrá intenciones de que Llaryora pierda o es que está dispuesto a asumir su parte de culpa en caso de que la derrota se concrete?

Cierto spot voluntarioso del ex gobernador De La Sota en apoyo a Martín Llaryora podría ser la punta de una incipiente interna. Es que la cosa viene bien enredada. Alguna vez De La Sota levantó brazos en alto con Sergio Massa; también alguna vez Schiaretti dijo claramente que su espacio no tenía nada en común con el Frente Renovador de Sergio Massa (fue después del entredicho por la suba del mínimo para el impuesto a las ganancias) y también hace muy poco el Frente Renovador, a través de sus dirigentes en la provincia y la firma de su Secretario General, Alfonso Piro, dio un apoyo concreto al peronismo cordobés en un comunicado requerido desde Tigre donde la mención del nombre de Llaryora era muy específica.

Ante la continuidad del panorama tras las PASO, ese apoyo a Llaryora volvió a repetirse con miras a octubre, en una nueva bajada de línea desde Tigre.

Nadie desconoce la mayor cercanía del gallego hacia Llaryora. Pero el gallego está circunstancialmente fuera del organigrama y se dedica a la indumentaria. El Hombre, tal la firma comercial que repite el título de su libro. Quizás en su próximo emprendimiento se anime y utilice el reprimido “hombre gris” (canas tiene). Mientras tanto, seguirá sus cadenas de oraciones.

El post trauma de octubre moldeará y despejará posibilidades y aspiraciones para el 2019 provincial.

Algunos serán ganadores de una renovación necesaria e inevitable; otros serán perdedores en un triunfo continuador.

Share