Por Carlos Tórtora.-

En su reciente congreso realizado en Ferro, el PJ desistió de acelerar su reposicionamiento como oposición al gobierno de Javier Milei. Hubo acuerdo para que se formalice una Comisión de Acción Política que lidere la transición hasta que se elija una nueva conducción partidaria para reemplazar a la de Alberto Fernández, pero la Comisión no llegó a elegirse. Muchos de los asistentes al congreso se fueron con la sensación de que el partido no tiene rumbo.

La misma impresión de que sólo se trata de ganar tiempo marcó el congreso de la semana pasada del Frente Renovador. Allí Sergio Massa dejó en claro que no piensa retomar un rol protagónico en lo inmediato y designó a Diego Giuliano como presidente del Frente Renovador. Una versión no confirmada señala que el tigrense estaría en parte paralizado porque sabe que el gobierno tiene en carpeta la denuncia de un tema de corrupción que lo golpearía.

A todo esto, la cúpula de la CGT está concentrada en conversar con el gobierno sobre una supuesta reforma laboral consensuada y la llegada de Julio Cordero a la Secretaría de Trabajo alienta la mesa del diálogo. Esto hace que cada vez se hable menos de convocar a un nuevo paro general, pese a las presiones de los duros y de la CTA y gremios como ATE, sacudidos por el anuncio de una nueva ola masiva de despidos de los estatales.

Otra protagonista que no pisa el acelerador es Cristina Kirchner, que está inmersa en un sistema de acuerdos con el gobierno que tendrían que ver con la marcha de sus causas judiciales.

Sólo Kicillof

Por último, los gobernadores del PJ sobrellevan como pueden la ofensiva del gobierno sobre el gasto provincial, sin tener margen para desarrollar una contraofensiva política. La excepción es Axel Kicillof, que va incorporando un discurso nacional pero que mediría sus tiempos. Esto es, su lanzamiento como candidato presidencial recién se concretaría si consigue ganar las elecciones provinciales del año que viene.

En síntesis, el peronismo está todavía lejos de organizarse para dar batalla en el 2025 y empieza a pagar muy caro la ausencia de liderazgos de peso. El único sector que está en la lucha es el conformado por los bloques de senadores y diputados nacionales. Hasta ahora, los resultados en este campo son exitosos, porque el gobierno no pudo conseguir la aprobación de una sola ley.

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