Por Carlos Tórtora.-

Un halo de suspenso se abrió sobre la maratónica sesión de la ley ómnibus porque la creciente resistencia entre los dialoguistas a las facultades delegadas y las privatizaciones hace peligrar la mayoría hilvanada por Miguel Ángel Pichetto. El encendido discurso de Facundo Manes anunciando el no a las facultades delegadas activó las alarmas. Se trata de 10 votos del subbloque radical más duro que son claves. La resistencia a la delegación de facultades crece a partir del siguiente razonamiento: con facultades extraordinarias, Milei no se privaría de hacer todo lo que debió renunciar con la negociación del proyecto. En este orden de cosas, cuanto más se prolonga el debate más gana terreno la oposición. Los oradores kirchneristas van imponiendo su pericia por sobre los inexpertos de la Libertad Avanza.

Villarruel acorralada

Aunque los focos están puestos en Diputados, la tensión en el Senado tiene un voltaje importante. El bloque de UP le está exigiendo a Victoria Villarruel que convoque a una sesión especial para tratar el mega DNU y estarían a 4 votos de alcanzar la mayoría de 37 para rechazar el Decreto.

Si el rechazo en el Senado se llegara a concretar, la presión para que Martín Menem habilite una sesión especial para tratar el tema en Diputados, sería enorme. Un doble rechazo al decreto implicaría su derogación, lo que dejaría a Javier Milei inerme y sin política de desregulación. En la Casa Rosada se comentaba ayer que Villarruel se encuentra jaqueada por la ofensiva peronista y que terminaría cediendo. De más está decir que, si el Senado vota contra el mega DNU, es obvio que el clima en la cámara alta sería propicio contra la ley ómnibus.

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