Por Carlos Tórtora.-

Horacio Rodríguez Larreta mantuvo varias conversaciones con Mauricio Macri sobre la definición de la fecha de las elecciones locales y, como ya se sabe, la balanza se inclinó hacia la unificación con las elecciones nacionales. Los motivos son varios: para empezar, los sondeos marcaron que la opinión pública no vio con buenos ojos la duplicación del gasto. Y hablando justamente de plata, la falta de reacción de la economía hace que el macrismo prefiera que se vote cuanto más tarde mejor. La idea sería posponer las primarias hasta lo más que den los plazos legales en agosto.

Lo más light posible

Al compás de todo esto, va tomando forma en el PRO qué tipo de campaña se pretende realizar en la Capital. Será corta, muy poco política y dedicada a los temas de gestión. A tal punto llega el deseo oficial de enfriar la contienda, que se está pensando seriamente en no conformar CAMBIEMOS en Capital. La razón sería dejar afuera de la mesa de negociaciones al presidente de la UCR porteña, Emiliano Yacobiti, del cual los macristas desconfían por muchos motivos pero sobre todo por su estrecha relación con Martín Lousteau. A éste el gobierno supone que puede neutralizarlo, o sea, convencerlo de que no se presente como candidato a diputado nacional.

La pregunta es si este esquema light no provocará una reacción opositora fuerte con eje en las propias filas radicales. Por su parte, de malas experiencias en Capital, Sergio Massa, va perfilando a Felipe Solá en un distrito que lo identifica con el campo y no lo reconoce. El Frente Renovador porteño, pequeño en estructura, es una caldera en materia de internas.

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