Por Paul Battistón.-

Ausentes, problemáticos, ninguneados, no positivos… siempre han sido acompañados de adjetivaciones que no son otra cosa que una sintética descripción de su relación con el ejecutivo o sea con su compañero de fórmula. Ése que los eligió en función de sus necesidades electorales.

Así de simples suelen ser las definiciones que enmarcan los prejuicios con los que cargarán los vicepresidentes en todo su trayecto.

Pero las cargas prejuiciosas y definiciones adversas no son un desaliento para alcanzar tan preciada posición, que por lo menos garantizará dejar el nombre en un no tan escueto lugar de los libros de historia y ni hablar si la actitud es “no positiva” con respecto al rumbo tomado por el ejecutivo.

Lo que hasta ahora no ha garantizado en Argentina el puesto de vice es el salto hacia el escalón siguiente, con la excepción de Duhalde y su salto “particular”.

Quizás ésa fue la razón por la que De la Sota prefirió enfrentar a Sergio Massa en una interna perdida antes de comenzar que aceptar el puesto de segundón elegido a dedo.

Pero si hay alguien que es experto en remontar calificativos puestos como definitivos ése es justamente el Gallego De la Sota, que de “cadáver político” llegó a gobernador y que de “modelo agotado” sumó su Unión por Córdoba al Frente Renovador para poder insuflarle oxígeno a su creación amurallada de peronismo cordobés.

El Gallego es quizás uno de los pocos políticos que incluye el paso atrás como estrategia de reposicionamiento y lo hace con éxito. Por lo tanto, no sería de extrañar que aun habiendo competido como precandidato presidencial en 2015, no tenga reparos en bajar dos escalones para el 2019. Del escalón de competidor al de señalado y del escalón de presidenciable al de vicepresidenciable.

Pero la persistencia del Gallego parece estar siempre siendo ejercitada por fuerzas del más allá que no le mezquinan escollos.

Un obstáculo de vista afinada y pasos atinados amenaza en ocupar un peldaño cortando la distraída subida del Gallego.

No fueron pocos en resaltar la celosa preocupación de José Manuel frente a la irrupción de Margarita Stolbizer en el espacio massista durante el reciente plenario nacional del Frente Renovador.

En esta reunión, cuyo objetivo principal es reflotar UNA (Unidos por una nueva alternativa), el Gallego recibió aplausos de pie pero Margarita no fue menos, además de ser vista como una auténtica renovación en un espacio que se dice renovador.

Margarita es, sin ninguna duda, una vicepresidenciable. Ella no fue precandidata a presidente, fue candidata y, además, es mujer, un dato no menor si tenemos en cuenta que Macri llevó su insistencia a una pequeña pero onerosa batalla para finalmente convencer y poder ser secundado por una compañera de fórmula.

Margarita ya está en lista de probables y esto obstaculiza cualquiera de las dos posibles aspiraciones del Gallego De la Sota: la de competidor por un puesto de candidato a presidente o la de Vice potable.

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