Por Carlos Tórtora.-

La cumbre del Jefe de Gabinete Nicolás Posse con los gobernadores fue una apertura de juego fría. El gobierno mostró sus cartas: quiere la sanción de un nuevo proyecto de ley ómnibus a cambio de un pacto fiscal que no está claro. La Casa Rosada les reclama entonces a los gobernadores la sanción de una ley, cuando debería hacerlo al Congreso, que ha quedado estigmatizado por JM. Todo indica entonces que las conversaciones van a estancarse, porque serían muchas las observaciones de los gobernadores al nuevo proyecto de ley ómnibus. En realidad, casi nadie en el gobierno apuesta a que se pueda sustentar el camino hacia el Pacto de Mayo y lo más probable es que las conversaciones se vayan complicando o que el presidente decida patear el tablero, lo que no le cuesta mucho.

Los senadores no presionan más por ahora

Cabe preguntarse entonces cuál es el rédito del oficialismo en esta pulseada. Hay uno y muy importante. Con la presión constante sobre los fondos que se les recortan a las provincias, Milei estaría consiguiendo que unos cuantos senadores de bloques provinciales estén dando marcha atrás en su ofensiva para, junto con el bloque de UP, rechazar en el recinto el DNU 70/23.

Los kirchneristas le reclamaron tres veces a Victoria Villarruel que convoque a una sesión para tratar el mega DNU y ella se viene resistiendo. Iniciadas las sesiones ordinarias, la sesión sería inevitable pero la realidad es que en la última semana no hubo un nuevo reclamo a Villarruel. El rechazo al DNU entró así en una fase de suspenso que inevitablemente tenemos que ligar al clima de diálogo con los gobernadores. Este acuerdo subterráneo le significaría al gobierno un éxito no menor: mantener vigente el decreto que es hoy el principal pilar de la acción de gobierno.

Claro está que se trata de una situación inestable pero, en definitiva, todo lo es actualmente. No hay que descartar que, si esta situación se prorroga, la Corte Suprema en algún momento falle a favor de la constitucionalidad del decreto, lo que reforzaría notablemente su vigencia.

Así las cosas, con el andamiaje del Pacto de Mayo, Milei estaría consiguiendo alejar el riesgo de derogación del controvertido DNU.

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