Por Guillermo Cherashny.-

Hoy por hoy, le va bien al PRO con la idea de Durán Barba y Marcos Peña de lograr que en las elecciones legislativas del año próximo en la provincia de Buenos Aires la oposición se pueda dividir en tres sectores, permitiendo de este modo que Cambiemos pueda ganar la elección obteniendo entre el 30 y 40% de los votos.

Este último registro lo obtuvo María Eugenia Vidal cuando ganó la gobernación de la provincia derrotando a Aníbal Fernández, que apenas pasó el 34%. Pero esta vez no está como candidato el ex jefe de gabinete y su lugar lo podría ocupar Cristina Fernández, si se anima a competir en esas elecciones.

Sergio Massa y Margarita Stolbizer podrían competir juntos y, si se suman los votos de las presidenciales, en las que el líder del FR obtuvo el 22% y el GEN 6%, en esa provincia estarían apenas debajo del 30%.

Pero el gobierno tiene una carta a favor, ya que el Grupo Esmeralda, que nuclea a más de una decena de intendentes del conurbano, no quiere saber nada con Sergio Massa y tampoco con Cristina, y el candidato ideal sería Florencio Randazzo, quien prefiere esperar hasta el 2019 para competir directo por la presidencia.

Así las cosas, el grupo de los intendentes no tiene candidato y lo querrían lanzar a Martín Insaurralde, que es bastante conocido. Pero esta estrategia tiene un problema y es que hay PASO obligatoria y, si Massa-Stolbizer entran segundos, poco tiempo después, en las legislativas, podrían aglutinar todo el voto que no quiera a Macri.

Como todavía es prematuro, Sergio Massa dice que no va a competir pero pocos le creen, porque hay sólo dos o tres candidatos que no necesitan 2017 y son Mauricio Macri, María Eugenia Vidal y Cristina porque, si Massa no se presenta, no tiene 2019, salvo que apoye una fórmula Stolbizer-Daniel Arroyo y entren segundos en las PASO y en las legislativas. Pero está claro que, si Cambiemos gana con cualquier candidato y la alianza de los renovadores con el GEN entra segunda, al gobierno nacional le servirá mucho para generar previsibilidad para la futuras inversiones que se necesitan en el país, en tanto que, si gana Cambiemos por poco a una alianza de intendentes con el cristinismo, sería una mala señal para el exterior y, si ganara esta alianza exclusiva de los peronistas, mucho peor todavía.

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