Por Guillermo Cherashny.-

La carta pública de Cristina por el aniversario de la muerte de Néstor Kirchner fue tomada en la Casa Rosada como lo que fue, es decir, que el presidente se haga cargo del gobierno, porque tiene la firma, y que hasta ahora lo está haciendo mal, aunque públicamente el presidente dijo que fue un respaldo a su gestión. Los funcionarios y funcionarias que no funcionan -valga la redundancia- son los que trascienden: Pesce, Kulfas, Moroni, Bielsa, y también Santiago Cafiero, es decir, se refirió a los dirigentes del PJ porteño y a los que acompañaron la candidatura de Randazzo en el 2017, que son la gente de confianza del presidente, que los banca. Pero ante lo difundido en la carta, habrá cambios, pero no todos, y tampoco el cuándo, pero se habla del fin de mes.

Estas diferencias no llegarán a mayores si fuera por Alberto, ya que ni loco piensa fundar el «albertismo», o sea una línea interna como el cristinismo, el PJ o el Frente Renovador, porque no quiere irritar a la señora.

La situación de Martín Guzmán, el ministro de economía, no está clara, aunque el presidente le dio todo el respaldo y lo contactó con los empresarios más importantes del país, a los cuales Cristina desprecia personalmente e ideológicamente, como ya lo hizo antes retuiteando una nota de Alfredo Zaiat, el columnista de Página 12, o de Horacio Verbitsky. Guzmán logró bajar la brecha entre el dólar oficial y el MEP, el contado con liqui y el blue, y se habla de la eliminación del impuesto solidario para bajar aún más la brecha, por lo cual el ministro esta más firme que nunca.

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