Por Carlos Tórtora.-

La derrota electoral en Córdoba el domingo pasado tiene efectos profundos en JxC. Una fuente cercana a Horacio Rodríguez Larreta comenta que éste descargó su furia en particular contra los encuestadores que lo abastecen con su trabajo. El jefe de gobierno no les perdonaría haberle hecho viajar a Córdoba con el argumento de que los números le daban bien a Rodrigo de Loredo. Para algunos esto podría implicar que Larreta de un giro y deje de atenerse tan rigurosamente a las encuestas como hasta ahora. Hay, por ejemplo, algunas premisas que maneja el larretismo y que están sujetas a revisión. Una de ellas dice que la mayor parte de los sondeos que la dan ganadora de las PASO a Patricia Bullrich estarían en realidad influidos por la mano del gobierno que -sobre todo Sergio Massa- creería que le conviene medirse en un ballotage con la exministra de seguridad. La diferencia a favor que suma el alcalde porteño con su hegemonía en el conurbano más su predominio en Santa Fe y en Capital acumularían una ventaja difícil de descontar en las urnas y Bullrich, segun está postura, sería más débil que lo que aparenta.

El juego de Massa

Todas las antenas del larretismo apuntan ahora al afianzamiento actual de Massa como candidato a caballo del inminente acuerdo con el FMI. Como es público y notorio, el tigrense y el alcalde porteño evitan chocar públicamente y hacen su juego evitando las fricciones. El ministro de economía espera que Larreta pierda las PASO y creería que le ganaría un ballotage. En una competencia entre ambos con discursos similares según este razonamiento, el grueso del electorado elegiría darle la oportunidad a alguien opuesto al kirchnerismo. En otras palabras, que aun en su actual silencio, Cristina sería un salvavidas de plomo para Massa.

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