Por Guillermo Cherashny.-

En un Zoom de Juntos por el Cambio, entre los diputados, Cornejo, secundado por Patricia Bullrich, que no se pierde ningún Zoom, dijeron que el gobierno busca dividir a la oposición por las conferencias de prensa que hace el presidente junto a Horacio Rodríguez Larreta, al mismo tiempo que critica a María Eugenia Vidal y Alfonso Prat Gay y dice que recibió tierra arrasada, lo que molesta sobre todo a Patricia Bullrich, Waldo Wolf, Fernando Iglesias y los radicales Cornejo y Peltri de Mendoza, quienes denuncian la corrupción del gobierno y que nos está llevando a una dictadura castro-chavista. Lo mismo sostienen desde Twitter los fanáticos de Macri que, como señalamos en otra nota, no son trolls sino gente de carne y hueso que son el núcleo duro del antiperonismo y antikirchnerismo, que para ellos son lo mismo. A este grupo, que no da tregua, nada le bien; ni la exitosa política sanitaria y menos la forma de gobernar del Frente de Todos. Es que el ala dura de Juntos por el Cambio no reconoce su derrota del mes de octubre y lo atribuye a la conspiración constante del peronismo que hacía oposición salvaje, por tanto ahora, como nueva oposición, pagan con la misma moneda. En cambio, Horacio Rodríguez Larreta, los intendentes de la provincia de Buenos Aires y los gobernadores tienen buena relación con el gobierno. De ahí que el presidente diga que están los que gobiernan frente a los que despotrican en Twitter.

Los duros saben que, sin el sector moderado, no llegan a ningún lado y quieren mantener la unidad del sector y, cuando Alberto Fernández cuestiona a algunos de los críticos, reaccionan fuertemente. De ahí que a Patricia Bullrich la llaman «la reina de los rabiosos», en una ironía sobre la línea peronista de Guardia de Hierro que escribía en las paredes: «somos la rabia». La crítica a María Eugenia Vidal, quien dijo en 2016 que no construirían más hospitales, que fue utilizada por el presidente para descalificar a Juntos por el Cambio, encegueció al ala dura.

Pero los intendentes del Gran Buenos Aires, como Jorge Macri, Néstor Grindetti y Gustavo Posse, que no reconocen el liderazgo de Vidal, la culpan de la aplastante derrota en la provincia de Buenos Aires y no dijeron nada. Y tampoco Rodríguez Larreta el mentor de Vidal. Entonces los duros salieron a la cancha a defenderla y a jurar venganza, lo que demuestra que el gobierno no necesita dividir a Juntos por el Cambio, sino que esta escisión viene desde octubre pasado.

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