Por Guillermo Cherashny.-

Así como Néstor Kirchner impulsó la anulación de la obediencia debida y punto final como reivindicación contra la represión del proceso y el juzgamiento masivo de los militares, se sabe que Mauricio Macri hará eje en la investigación de la corrupción, un reclamo que no sólo es del electorado que votó contra el cristinismo el 25 de octubre sino de los tres espacios políticos como CAMBIEMOS, UNA y Progresistas, y también del grupo Clarín, que quedó más vivo que nunca antes y que sufrió la persecución del kirchner-cristinismo, que intentó borrarlo de la República Argentina fracasando rotundamente.

La investigación del latrocinio del kirchnerato, que se perpetró desde mayo de 2003 hasta el 9 de diciembre próximo será impulsada por Ernesto Sanz, Elisa Carrió y Sergio Massa y por muchos jueces del fuero federal que fueron manoseados por este gobierno que se va.

En la lupa de la investigación futura también están jueces como Rodolfo Canicoba Corral, Daniel Rafecas, Jorge Ballesteros, Eduardo Freiler, Norberto Oyarbide, Ramos Padilla, Canicoba Corral h. y varios fiscales encubridores, en su gran mayoría secuaces de Alejandra Gils Carbó, la procuradora general que ya tiene varios procesos en curso.

Estos integrantes de la justicia serán investigados como partícipes de asociaciones ilícitas, encubridores, prevaricadores y más de la mitad del Código Penal, y las causas emblemáticas serán Hotesur, denuncia y asesinato de Nisman, ENARSA y la importación de combustible, negociados con Venezuela, transporte y casi todas las áreas en donde se intensificó una corrupción generalizada y en la cual la presidente estará a la cabeza y será el centro de gravedad de las investigaciones de corrupción.

Ante esa posibilidad, CFK dispuso una red de contención, un verdadero aguantadero para evitar las investigaciones, Y aunque cree que los bloques del Senado y Diputados negociarán su impunidad personal y al menos la de sus principales colaboradores, este siniestro plan de impunidad choca contra una máxima del peronismo, que castiga la derrota con mucha más dureza que la traición. Y gobernadores, intendentes, senadores y diputados están haciendo cola para reunirse con Mauricio Macri para negociar lo que se pueda para salvarse del naufragio.

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