Por Damián Belastegui (Agencia NOVA).-

Aníbal busca bajar su imagen negativa y Domínguez hacerse conocer. Vidal depende del “arrastre” de Macri y Solá teme que Massa le ponga un techo. Variables que pueden incidir en sus porcentajes de las PASO (Dibujo: NOVA).

El largometraje electoral de este 2015 está en los umbrales de proyectar una de sus escenas más relevantes y, en el orden bonaerense, los actores que pelean por obtener el reconocimiento del público incrementan sus apariciones y profundizan sus estrategias a los fines de alcanzar un rol protagónico de cara al “último acto” de octubre y no quedar en el mero papel de reparto en agosto.

Para esto, despliegan múltiples maniobras: desde recurrir a la distorsión propagandística de temas arraigados en el cancionero popular, hasta la difusión de un book de fotos en el que se evidencie el respaldo de personajes reconocidos del mundo del deporte y las artes. Todo sirve en la tarea de ingresar con carismática simpatía al ojo del votante.

Sin embargo, en los ensayos previos al día en que las urnas levanten el primer telón de incertidumbre, una ya veterana vedette, polémica pero requerida, volvió a estar en boca de todos: las encuestas.

“No hay mejor encuesta que una elección”, se escucha aseverar tanto a aquellos que buscan desmerecer los sondeos al no encontrarse bien posicionados, como en quienes apuntan a sacar lustre de una falsa modestia a pesar de verse encumbrados en los relevamientos. Sea como fuere, no existe postulante que no haga uso o eche un vistazo de ese termómetro al momento de medir sus posibilidades.

Amén de esto, ingresar en un repaso detallado de los estudios realizados a lo largo de los últimos meses sería tan confuso como innecesario. Al mismo tiempo, tampoco es menester de este panorama analizar cómo la creciente voracidad de las campañas ha atrofiado el sentido de la encuesta, relegando su valiosa utilidad analítica a un segundo plano para sumarla como un elemento más del colorido cotillón marketinero puesto al servicio de inflar la figura de un candidato en particular. Eso quizás sea abordado en otra ocasión.

Por lo pronto, cabe abordar algunos aspectos comunes que se han desprendido de los diversos estudios para esbozar una fotografía de las fortalezas y debilidades con las que se muestran algunos precandidatos bonaerenses en la recta final hacia las PASO.

Vidal, la Armendáriz de Macri

Observando el arco opositor, en el Frente “Cambiemos” la precandidata María Eugenia Vidal viene caminando el territorio provincial desde el pasado año buscando disminuir en su mochila el pesado lastre conformado por el hecho de ser una dirigente referenciada en otra jurisdicción (su condición de vicejefa de Gobierno porteño lo dice todo) como así también por formar parte de un espacio sin una estructura fuerte en suelo bonaerense.

El acuerdo con el radicalismo alivianó este último aspecto, pero su imagen sigue sin tener vuelo propio, atándose buena parte de su destino en la próxima rueda electoral al “arrastre” de votos proveniente del cuerpo presidencial de la nómina.

En este sentido, y en diálogo con NOVA, el reconocido consultor y analista de opinión pública, Carlos Germano, consideró: “María Eugenia Vidal creo que es lo más parecido a lo que fue la elección del 83, el voto que Alejandro Armendáriz llega (a la Gobernación) arrastrado por la figura de Raúl Alfonsín. Creo que Vidal fue la candidata que más caminó, más trabajó, más recorrió la provincia de Buenos Aires pero está muy pegada al crecimiento de Mauricio Macri, están bastante a la par los votos de Macri con los de María Eugenia Vidal”.

El techo de Felipe

En el Frente Renovador, Felipe Solá fue la carta que Sergio Massa tuvo que volver a poner sobre la mesa al quedarse sin un naipe fuerte para dar pelea en la clave jurisdicción bonaerense. Pero, con el correr de los días y por la forma en que quedó planteada la disputa provincial, el ex gobernador comenzó a ser visto en las filas del tigrense como la llave que puede reabrir las esperanzas del hombre de Nordelta de ingresar al ballotage.

Y es que, encuestas en mano, en el massismo se ilusionan con que Solá se perfile en agosto como el opositor mejor posicionado para desbancar al FpV del sillón de Dardo Rocha, para así también trasladar esa “polarización” al orden nacional. Aunque, por otro lado, la innegable caída en la intención de voto de Massa puede ser la que arrastre hacia el fondo las aspiraciones de Felipe. Las PASO serán una confiable foto para dilucidar quién “arrastra” a quien, y hacia dónde.

Al respecto, Carlos Germano analizó: “Felipe es un hombre bastamente conocido. Me parece que hoy el límite de Felipe es Sergio Massa, al contrario de lo que pasa con el PRO, o sea, el techo que tiene Felipe se lo pone Sergio Massa”.

Entre la imagen negativa y el desconocimiento

El Frente para la Victoria tiene su pelea interna en agosto. La negativa de Florencio Randazzo a ir por la Gobernación abrió un escenario indeseado para “La Jefa”: una compulsa entre Aníbal Fernández y Julián Domínguez que fue creciendo en su nivel de tensión, con fuertes cruces discursivos, y en donde se abre margen a la posibilidad de alimentar (de cara a octubre) la figura del postulante opositor que mejor se posicione en agosto.

Pero, más allá de los dimes y diretes entre el “bigotón” y el hombre de Chacabuco, ambos deben afrontar otro rival: sus propias figuras. De acuerdo a lo que se desprende de la mayoría de las encuestas, el jefe de Gabinete de la Nación posee un alto nivel de imagen negativa, mientras que el titular de la Cámara baja nacional, conserva un considerable grado de desconocimiento.

Advirtiendo estas cuestiones, Carlos Germano aseveró que “el otro problema que le agrego ahí es que Julián Domínguez tampoco es un hombre que, cuando va a los medios, genere algún tipo de empatía muy fuerte con sectores de la sociedad. Es un hombre muy duro, un hombre que le cuesta mucho, pero me parece que es una elección totalmente diferente”.

Cuestiones que escapan a la encuesta

A pesar de esto, el consultor y analista de opinión pública focalizó en “situaciones que ninguna encuesta puede prever”. Al respecto, se preguntó acerca de “cómo van a jugar los aparatos políticos, cómo va a estar funcionando el tema de boletas con todos los inconvenientes que esto trae”.

Y añadió: “La interna del FpV es un tema muy complicado, que resta más de lo que suma, y creo que una de las decisiones más inteligentes que tuvo el oficialismo este año es tener candidato único a nivel nacional, como fue Daniel Scioli, porque ver un poco lo que está pasando en las PASO del FpV en provincia de Buenos Aires, si lo trasladás a nivel nacional, hubiera sido una complicación importante para Daniel Scioli”.

“El tema del conocimiento es muy importante. Yo no sé si a Julián le alcanzan los días que faltan y el crecimiento que tuvo. Acá me parece que está muy atado a los aparatos partidarios de distrito, donde los intendentes van a ser el gran aliado este 9 de agosto. Yo no sé si eso le alcanza”, concluyó Germano.

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