Por Guillermo Cherashny.-

Nadie sabe cómo el ex radical y hoy presidente de Boca Daniel Angelici se interesó tanto en el manejo de la justicia. Si bien es abogado, nunca ejerció y en el centenario partido militó junto al senador Juan Trilla pero muy vinculado a Enrique «Coti» Nosiglia. Hace algunos años consolidó una fortuna comprando varios bingos con tragamonedas en la provincia de Buenos Aires. Este poder económico lo posicionó dentro del PRO desde su fundación, a tal punto que lidera una línea interna que integran diputados nacionales y legisladores porteños y maneja los hilos de la justicia porteña, especialmente en el Consejo de la Magistratura local, donde predomina junto al kirchnerismo.

El castigo

A través del fiscal federal Carlos Stornelli, muy activo en Boca, Angelici tendió un puente con la justicia federal recientemente, aunque había operado poco en ese ámbito. A partir del asesinato del fiscal federal Alberto Nisman, sobrevino el festival de recusaciones que impulsó el gobierno, que tuvo como blanco, entre otros, al juez Claudio Bonadío, a cargo de la causa Hotesur, la que más preocupa a la presidente. Se rumorea que Angelici se reunió con el camarista de Casación Gustavo Hornos para convencerlo de que no aceptara la recusación de Bonadío. Finalmente esto fue lo que ocurrió, con gran decepción del gobierno nacional, que ahora intenta que esta causa se derive a la justicia federal de Santa Cruz. El ánimo de «vendetta» contra Angelici se instaló así en el cristinismo. Y la oportunidad para la venganza habría aparecido en los octavos de final de la Copa Libertadores de América, en la cual Boca Juniors corría con ventaja, porque venía de una racha ganadora y con muy buen juego. En el primer partido, que fue parejo pero con mucha violencia permitida por el referí Luis Delfino, finalmente los millonarios ganaron por 1 a 0 y la revancha que se jugó el miércoles pasado a la noche daba la oportunidad ideal para que ocurriera una maldad y que Angelici supiera que el cristinismo no permite que se inmiscuyan en «su justicia». Está claro que la Policía Federal la controla Sergio Berni y probablemente un barra de Boca vinculado al gobierno bien pudo hacer el operativo de arrojar el gas en la manga. El resultado se logró porque Angelici quedó sumamente deteriorado en Boca por este papelón y también le pasaron así la factura a Macri, ya que aquél es de su riñón político. Ahora Macri y Angelici estarían investigando a fondo para determinar que fue una operación en su contra y tal vez lo pueden probar mediante filmaciones, aunque en la justicia no se les sería fácil. De cualquier modo, comprobar la maniobra bastaría para dar un golpe trascendental en la campaña presidencial.

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