Por Guillermo Cherashny.-

«¿Qué le hace una mancha más al tigre?» dice un viejo refrán y en el caso de los cuadernos de Centeno, el chofer de Roberto Baratta, se puede hacer realidad, porque a Cristina ya le dijeron y probaron de todo, desde los hoteles familiares, los bolsos de López y los negociados de Julio de Vido, pero el «nuevo transparente» de Mauricio Macri -según Carrió, el nuevo patriota que busca salir adelante con este país inviable-, que arrastra una herencia nefasta de su padre y de los K y que, según la misma Carrió, quiere salir de ese inframundo, los cuadernos que no aparecen lo pueden complicar seriamente, ya que fueron detenidos los presidentes de importantes empresas constructoras y energéticas, fundamentalmente con la sola excepción de IECSA, la empresa familiar de Franco Macri, que supuestamente se la vendió a su sobrino Angelo Calcaterra, quien quedó de presidente cuando Mauricio Macri asumió como jefe de CABA. Pero resulta que la orden de detención fue contra Javier Sánchez Caballero, el gerente operativo de la empresa, y no de Calcaterra, su presidente, por lo cual resulta evidente que la justicia quiere proteger al primo presidencial.

Pero los demás presidentes de empresas y sus pares citados a indagatoria, salvo que zafen, no dejarán pasar la oportunidad de ensuciar a la famiglia Macri-Calcaterra, que quieren dar a entender que el presidente no hace nada para defender a sus ricos compadres de otras épocas, con los cuales exprimieron al estado.

En cambio, la incombustible Cristina tiene un 30% de seguidores a quienes les importa un bledo si ella representa la continuación de la recaudación ilegal instaurada por Néstor. Además, el senador Pichetto ya declaró que no aceptará el pedido de desafuero si no hay condena firme de la Corte Suprema.

Los grandes medios hacen centro en los K y en los empresarios y le dan poca importancia a la detención de la mano derecha de los Macri como es Sánchez Caballero, no sólo por pagarles coimas a los K para recibir obras públicas y como intermediario de Odebrecht, sino también por pagar coimas por el soterramiento del Sarmiento. Está doblemente complicado ante el juez Bonadío y ante el magistrado Martínez de Giorgi, aunque el gobierno puede manejar su situación legal para que no hable. Pero no sólo los K sino tampoco el Peronismo Federal se tragarán el caramelito de que Cristina, De Vido y sus secuaces, más algunos empresarios, son los únicos culpables y que los Macri-Calcaterra son unos santos beatificados por Lilita Carrió.

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